Es cierto que los beneficios de la leche materna son insuperables, sin embargo, en el caso de que no puedas amamantar o decides no hacerlo, el mercado ofrece una amplia gama de alternativas: las leches de fórmula. Éstas brindan a tu hijo todos los nutrientes que requiere, siendo entonces muy bueno complemento de la leche materna.
Tipos de leches
Leche para prematuros: es rica en hierro y posee una mezcla de grasas vegetales y lácteas que entregan nutrientes necesarios para los primeros 3 meses de vida y para una correcta función digestiva y metabólica, por lo que también es apta para los recién nacidos de bajo peso.
Leche de inicio o tipo 1: se la puedes dar hasta los 6 meses de vida. Aporta una gran cantidad de nutrientes para el buen desarrollo. Se emplea leche de vaca para elaborarla, la cual es modificada para disminuir la concentración de proteínas, reemplazar parte de la grasa láctea por vegetal y adicionar lactosa y vitaminas. Las diferencias entre marcas se generan por el número de nutrientes que le agregan los fabricantes, que pueden ser nucleótidos, que mejoran su respuesta inmune y desarrollo intestinal; carnitina, para la maduración del cerebro, sistema nervioso central y composición de las membranas celulares; y taurina, que favorece su vista.
Leche de continuación o tipo 2: comienza a tomarla a partir de los 6 meses hasta cumplir el año de vida. Se adapta a los requerimientos de una alimentación mixta, puesto que estará comenzando a comer alimentos sólidos como frutas, verduras y cereales. Por lo mismo, ya no es fundamental que aporten más nutrientes. Cuenta con una menor concentración de proteínas, sumando vitaminas y lactosa. Otras marcas son ricas en lactobacilus, que ayudan al tránsito intestinal, reforzando el sistema inmunológico.
Leche sin lactosa: la lactosa es el azúcar de la leche, la cual en este caso es sustituida por otro tipo de hidrato de carbono. Es aconsejada para aquellas guaguas que presentan una deficiencia genética o adquirida como resultado de una diarrea crónica o aguda. Debe ser consumida sólo por un tiempo determinado, hasta que el bebé recupere la actividad enzimática, ya que la lactosa contribuye a absorber el calcio y el magnesio.
Leche A.R: es la indicada para aquellos bebés que regurgitan, es decir, que devuelven el alimento del estómago a la boca. Ésta está espesada con harina de semilla de algarrobo o almidón precocido, reduciendo el número de episodios. Algunos gastroenterólogos indican que al ser más espesa, se demora más en abandonar el estómago y ser absorbida por el cuerpo, incrementando la posibilidad de que se devuelva, por lo que en algunos casos podría ser contraproducente.
Leche apta para errores metabólicos: el niño/a debe tomarla en caso de que alguna enzima no funcione bien en su cuerpo. Debes consultarlo con el pediatra antes, puesto que depende de cada situación.
Leche de proteínas modificadas: es leche de vaca modificada, por lo que contiene los nutrientes que requiere tu hijo. Es adecuada en caso de ser alérgico a las proteínas de la leche de vaca o si tiene problemas de absorción intestinal. Las proteínas de esta leche están predigeridas mediante hidrólisis, teniendo como objetivo facilitar la digestión y su absorción.
Leche de soya: no contiene lactosa y sus proteínas son de origen vegetal, por lo que es sugerida en caso de ser intolerante a la lactosa o de alergia a las proteínas de la leche de vaca. No es una leche en sí, pero si está enriquecida con hierro, calcio, zinc, metionina, L-carnitina y taurina, no hay problema en que tu bebé la tome. Tiene un bajo nivel en grasas y a veces se utiliza para tratar diarreas prolongadas y presencia de eczemas.
Debes tener en cuenta que:
– Debes echar la medida de agua hervida que indicó el pediatra y esperar a que la temperatura haya bajado a unos 50 o 60 ºC para que añadas la fórmula de leche. Idealmente ésta debe estar a 37 ºC para que pueda tomársela.
– El agujero del chupete de la mamadera debe ser el indicado, ya que no puede salir mucha leche ni tampoco sólo aire.
– Las sobras de leche jamás se deben guardar, puesto que a temperatura ambiente se echa a perder fácilmente.
– La mejor forma de calentar las papas es a baño María.
– No es aconsejable agregar cereales hasta que tu guagua cumpla los 6 meses. En cuanto a los saborizantes, tampoco son buenos hasta los 2 años, ya que son ricos en azúcar y grasas.
– Por último, hay que tomar todas las medidas de higiene, así evitarás traspasarle alguna infección digestiva.