El día que tu hijo llegue al mundo será un acontecimiento conmovedor que, sin duda, te causará muchas emociones. Entre ellas, el miedo por el dolor que tendrás cuando darás a luz y también alivio, porque durante estos 9 meses has acumulado un gran cansancio físico y mental. Tu doctor ya te comentó que durante el trabajo de parto, si es que no surgiera ningún inconveniente, tu bebé debería nacer por parto normal; de no ser así, la cesárea es la siguiente alternativa. Sea cual sea, finalmente podrás tener a tu guagua en tus brazos e iniciar una nueva vida juntos.
Parto natural
Siempre y cuando no se presente ningún problema en tu embarazo, en el desarrollo de tu guagua o al inicio del trabajo de parto, ésta es la opción más normal y ancestral de traer a tu hijo al mundo.
Las bondades del parto natural
– Las contracciones que ocurren en un parto vaginal son importantísimas, ya que ayudan a la maduración de los pulmones de tu bebé.
– En el parto existen menos posibilidades de que surjan complicaciones que en una cesárea, debido a que ésta última es una intervención donde pueden ocurrir infecciones en la herida, hemorragias y rotura de útero, entre otras.
– El apego entre tu hijo y tú es mucho más fluido, porque tienes mayor movilidad para poder interactuar con él.
– La recuperación es más rápida y sólo debes permanecer 3 días en la clínica. Esto te permitirá estar activa mucho antes y con energías para cuidar y regalonear a tu guagua.
Paso a paso
1º Trabajo de parto
Puedes llegar a la clínica con el cuello del útero dilatado o no, por lo tanto, lo que demore esta etapa va a depender de cada embarazada. Hay algunas que llegan de emergencia, y otras que viven este proceso durante mucho más tiempo. Ya en el centro asistencial, te controlarán los signos vitales: presión arterial, temperatura, frecuencia cardíaca y los latidos del corazón de tu hijo.
La dilatación ocurre en 3 fases:
Fase latente o temprana: comienza cuando el cérvix, que permanecía cerrado, se dilata hasta los 2 o 3 cms., algo que normalmente ocurre estando en casa, incluso, algunos días previos al parto. Antes de abrirse, el cuello del útero (de longitud superior a 3 cms.), debe pasar por el proceso de acortamiento progresivo denominado “borramiento”.
Fase activa: el cuello del útero se dilata entre 4 y 8 cms., consecuencia de que las contracciones se producen cada 3 minutos y son más intensas. Generalmente, ésta es la fase más molesta del proceso.
Fase de transición: es la dilatación total del cérvix hasta los 10 cms. Las contracciones se repiten cada 2 o 3 minutos, con una duración de 1 aproximadamente. Esta última fase es muy cansadora por la intensidad de las contracciones, ya que además podrás sentir mareos, náuseas, ganas de evacuar, dolor en el recto y calambres en los glúteos.
Las contracciones serán intensas y contribuirán al proceso de dilatación. Si no inicias el trabajo de parto en los tiempos adecuados, o si tienes alguna patología (materna o fetal), te deberán inducir, por alguna de estas 3 formas: gel de prostaglandinas, que se aplica en el cuello del útero; por amniorrexis o rotura artificial de las membranas; o con oxitocina, hormona natural que estimula el parto.
2º El nacimiento
– Puede durar entre 30 minutos y 2 horas, y comienza una vez que el cuello del útero se ha dilatado unos 10 cms. Esto es lo óptimo, puesto que la cabeza de tu hijo puede salir con mayor facilidad y sin utilización de fórceps (instrumento que ayuda a extraer a la guagua), ni cesárea.
– Deberás estar alerta a las indicaciones de la matrona y cada vez que sientas una contracción, debes inspirar profundo para luego pujar con fuerza.
– Mientras esto ocurra, tu matrona auscultará los latidos de tu guagua.
– Durante esta fase te pueden efectuar una episiotomía (incisión de unos 2 o 3 cms. que va de la vagina hacia el recto) para ampliar el canal de salida de tu hijo, además de evitar desgarros de los músculos de esa zona.
– Cuando haya salido la cabeza de tu bebé, deberás dejar de pujar, ya que estás lista para que tu doctor, matrona o pareja, lo saquen, dando paso al nacimiento.
3º El final
– Después de haber tenido a tu hijo, en un lapso de 5 a 30 minutos, expulsarás la placenta y otros anexos fetales (el resto del cordón umbilical y las membranas que lo envolvieron durante la gestación) mediante contracciones.
– La matrona te realizará un suave masaje sobre el fondo del útero para facilitar la expulsión, o el médico podría tirar suavemente del cordón umbilical, mientras presiona un poco tu abdomen. Esto ayudará la salida.
– Pese a que tu hijo ya nació, tu útero va a continuar contrayéndose.
– Tendrás a tu guagua en brazos, en tanto suturan la incisión.
La cesárea
La cesárea fue creada como una alternativa al parto normal en los momentos en que se presentan problemas durante la gestación, ya sea con el feto o en el parto mismo, pero actualmente algunas embarazadas deciden optar por esta cirugía debido a un temor excesivo al dolor, o por miedo a las enfermedades posteriores que suponen derivan del parto normal (prolapsos genitales, incontinencia urinaria o problemas sexuales).
La cesárea se utiliza cuando:
– Se producen enfermedades durante el embarazo, por ejemplo, placenta previa, desprendimiento de ésta, pelvis estrecha y displasia de cadera, entre otras.
– Patologías en el feto, como frecuencia cardíaca anormal o cordón umbilical enrollado en el cuello.
– Cuando se perciben problemas durante el parto (demasiado lento, posición anormal del feto o distocia de hombro, entre otros).
– Y cuando no hay contracciones y la inducción al parto normal no surte efecto.
Las desventajas de la cesárea:
– El tiempo de recuperación es más lento y habitualmente estás 4 días en la clínica.
– La cicatriz puede tardar 2 semanas en sanarse. Sin embargo, esto va a depender de tu edad y de la capacidad de convalecencia que tengas.
El proceso de la cesárea:
– En el pabellón, tu doctor dejará que experimentes algunas contracciones. Luego te aplicará la anestesia, por lo que no volverás a sentir dolor durante el parto.
– Si la incisión es vertical u horizontal (es la más común), dependerá de la posición en que se encuentre la guagua.
– Como la intervención es relativamente rápida (de 45 minutos a una hora aproximadamente) podrás sostener a tu hijo apenas haya salido de tu guatita, al igual que en un parto normal y con apego. Eso sí, es bastante más incómodo, puesto que no podrás moverte mucho, ya que los médicos estarán cerrándote la incisión.