Pese a que esta situación es poco predecible, el acceso a la información, el desarrollo de investigaciones y la evolución de la tecnología permiten tener herramientas para prevenir los embarazos de pre término y lograr que los niños nacidos antes de las 38 semanas de gestación salgan adelante sin complicaciones.
A nivel mundial, se asegura que el 10% de los nacimientos corresponden a partos prematuros. En Chile esta cifra desciende al 6%, número que según el Ministerio de Salud se ha mantenido desde la década de los ´80.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año nacen cerca de 15 millones de niños antes de las 38 semanas de gestación. En su informe “Nacidos Demasiado Pronto: Informe de Acción Global sobre Nacimientos Prematuros”, se afirma que el 80% de éstos ocurren entre las semanas 32 y 37, y que la tasa de sobrevivencia es muy alta.
En la Guía Perinatal 2013 del Ministerio de Salud (documento aún en revisión), se sostiene que en las últimas décadas la incidencia del parto prematuro no ha disminuido en Chile, pero se ha visto un considerable incremento de la sobrevida de recién nacidos muy prematuros (antes de las 34 semanas), gracias a los avances de las Unidades de Cuidados Neonatales.
Existen 2 clasificaciones de partos de pre término: los Iatrogénicos (o por indicación médica) y los espontáneos. Las causas de éstos últimos no se conocen a ciencia cierta y en muy pocas ocasiones pueden ser diagnosticados, mientras que los primeros, pueden suceder cuando se conoce el historial médico de la madre y se considera que es una paciente riesgosa, ya que hay antecedentes de parto prematuro previo.
Las causas más frecuentes
Según la Superintendencia de Salud, los síntomas de pre término o parto prematuro son el resultado de una serie de fenómenos fisiopatológicos (funciones del cuerpo) que tienen como efecto final la generación de contracciones uterinas y -eventualmente- el parto. Los fenómenos primarios, en gran parte de origen desconocido, pueden ser infecciosos, isquémicos (sanguíneos), mecánicos, alérgicos o inmunológicos.
Más específicamente, pueden estar asociados a los estilos de vida y al padecimiento de diversas afecciones de la madre como hipertensión, diabetes, cardiopatías, anemia, enfermedades renales, anomalías en el cuello uterino, mala nutrición, insuficiencia placentaria, incompatibilidad sanguínea, embarazo múltiple, placenta previa, anomalías congénitas o cromosómicas en el feto y embarazo en mujeres menores de 18 y mayores de 40 años.
Los síntomas
Por lo general, los síntomas son similares a los del trabajo de parto, es decir, se desencadenan contracciones uterinas (1 cada 10 minutos con duración de 30 segundos, que se conservan durante un lapso de 60 minutos), calambres abdominales, pérdida de fluido acuoso, sanguinolento o mucoso por la vagina, presión abdominal a la altura de la pelvis y dolor en la parte inferior de la espalda.
Cómo prevenirlo
Primero que todo, se debe llevar un control regular de la gestación, pues las visitas al ginecólogo ayudarán a detectar a tiempo posibles complicaciones. Si se padece alguna enfermedad crónica como diabetes, lupus o hipertensión, entre otras, es primordial decírselo al obstetra antes de quedar embarazada. La idea es tomar las medidas preventivas correctas.
Además, y como ya es sabido, hay que evitar el consumo de tabaco y lugares habilitados por fumadores, y la ingesta de alcohol o drogas. Se recomienda vivir tranquilamente, evitando el estrés y llevando una alimentación sana y rica en nutrientes, tratar de dormir 8 horas diarias y no realizar grandes esfuerzos.
Los avances tecnológicos
Los niños prematuros necesitan ayuda para conservar el calor de su cuerpo, alimentarse y en muchas ocasiones también para respirar. Así, se vuelve esencial protegerlos de infecciones y otras patologías y para ello los avances tecnológicos han sido fundamentales.
Chile cuenta con adelantos a nivel hospitalario acordes a este tipo de necesidades. Las incubadoras, por ejemplo, nacieron con el fin de regular la temperatura y simular un microambiente lo más parecido al útero materno, brindando los niveles de oxígeno y humedad óptimos.
Otro aporte son las cunas térmicas o de calor radiante, cuyo objetivo radica en proporcionar un ambiente termo-neutral en el cual el consumo de oxígeno y el metabolismo de la guagua se reducen al mínimo, con el fin de que las calorías y nutrientes que ingiera, se destinen a la maduración, desarrollo y crecimiento de su organismo.
Está también la Oxigenación con Membrana Extracorpórea (ECMO), una especie de pulmón y corazón artificial que oxigenan la sangre del recién nacido, lo que posibilita la asistencia cardiorrespiratoria a los menores que tienen alguna insuficiencia respiratoria y/o cardíaca muy grave, situación bastante común en niños prematuros.
Según KidsHealth.org, de la Fundación Nemours para la Infancia, gracias a la gran cantidad de avances recientes en medicina neonatal, más del 90% de los bebés prematuros que pesan 800 gramos o más, sobreviven. Los que pesan más de 500 gramos tienen más del 60% de probabilidades de sobrevivir, aunque las posibilidades de que sufran complicaciones son mayores.