Los bebés y niños pequeños adoran los rituales y prácticas predecibles. Lo positivo de una buena rutina para ir a la cama es que, no sólo los ayuda a quedarse dormidos fácilmente, sino que también contribuye a hacerlos sentirse queridos, cuidados y seguros.
Al igual que un adulto, tu hijo estará más relajado si sabe qué es lo que sigue. Se trata de un círculo virtuoso, donde el estado de relax hace que tenga mejor disposición para acostarse, durmiéndose al poco tiempo.
Mientras antes instaures un ritual para dormir, mejor. Cuando tu bebé tenga entre 6 y 8 semanas, empieza a seguir el mismo patrón de comportamiento todas las noches, incluso cuando estés fuera de casa.
Según la doctora Jodi Mindell, directora asociada del Centro del Sueño en el Hospital Infantil de Filadelfia (EE. UU.), y directiva del Pediatric Sleep Council, una buena rutina de sueño infantil consta de 3 o 4 actividades que se repiten exactamente igual todas las noches, señalándole al pequeño que es hora de dormir.
Además, esta costumbre es positiva para ti, ya que equivale a tiempo de calidad reservado para compartir junto a tu guagua.
EL BAÑO, INICIO PERFECTO
Una de las partes más populares de la rutina nocturna es, sin dudas, el baño. El sentarse y jugar con agua tibia es una experiencia reconfortante para la mayoría de los menores, y el estar calentitos, limpios y luego secos con su pijama puesto, allana el camino para un sueño reparador.
También es una instancia idónea para que el padre se involucre en la crianza, especialmente si tú estás amamantando.
Te recomendamos empezar temprano en la tarde, para que no estés apurada ni nerviosa por el tiempo.
En cuanto a las fórmulas, prefiere aquellas hipoalergénicas y testeadas dermatológicamente, de olores suaves. Así evitarás potenciales irritaciones en la delicada piel de tu pequeño.
La hora del baño también estimula el contacto piel con piel, favoreciendo el desarrollo cognitivo, emocional y social.
Según estudios de la Asociación Internacional de Masaje Infantil -organización presente en alrededor de 50 países y con miles de instructores en todo el mundo-, la combinación baño y masaje mejora la calidad del sueño, volviéndolo más reparador y profundo.
Tras estos pasos, es momento de llevarlo a la cuna. Recuerda que su pieza debe estar semi oscura, y no excesivamente fría o calurosa. Si quieres puedes leerle un cuento y/o cantarle una canción suave. ¡Dulces sueños!