Para que estas vacaciones sean inolvidables, aprende a cuidar la salud de tus niños previniendo accidentes, protegiéndolos de la exposición solar e hidratándolos.
En verano la mayoría de las familias buscan destinos diferentes a lo cotidiano, eligiendo la playa, campo, montaña o bosque para pasar días en que compartir y descansar es el mejor panorama, el cual a veces es interrumpido cuando un hijo sufre una enfermedad o se accidenta.
Al igual que los superhéroes, los padres deben identificar los peligros a los que pueden estar expuestos sus hijos en el lugar donde vacacionan, teniendo siempre en cuenta que el aumento de las temperaturas durante el verano puede favorecer enfermedades o malestares provocados principalmente por una prolongada exposición a los rayos UV.
“El calor hace que los niños pasen largas horas en el agua de piscinas o el mar, esto puede provocar otitis externa, enfermedad que produce inflamación del conducto auditivo externo o pabellón auricular. Los síntomas son dolor progresivo, prurito, otorrea, edema, sensación de oído tapado y disminución de la agudeza auditiva”, indica Gloria Rojas, médico Jefe de Pediatría de Clínica Bupa Santiago.
Otras enfermedades que suelen sufrir los niños en verano que la especialista recomienda prevenir son:
– Conjuntivitis: malestar que se manifiesta con ojos rojos, secreción ocular y prurito.
– Deshidratación: se produce tras un prolongado periodo de exposición al sol, sin suficiente ingesta de agua. En algunos casos este cuadro también es provocado por diarreas, causadas por virus o bacterias.
– Intoxicaciones alimentarias: este tipo de intoxicación se produce por alimentos en mal estado, ya que no son bien refrigerados o pierden la cadena de frío, cuando por ejemplo se transportan a zonas alejadas.
– Quemaduras por sol, provocan enrojecimiento en la piel, sensación de dolor, calor al tacto, hinchazón y pueden aparecer ampollas con contenido líquido. Estos síntomas suelen aparecer en horas posteriores al exceso de exposición a los rayos ultravioleta (UV). Este tipo de quemaduras pueden producir síntomas más graves como dolor de cabeza, fiebre, náuseas y fatiga, pudiendo llegar a ocasionar un síncope (pérdida de conocimiento).
– Picaduras de insectos: al usar ropa más desabrigada y caminar descalzos, la piel de los niños queda más expuesta a las picaduras de insectos, provocando algunos infecciones o reacciones alérgicas.
– Enfermedades respiratorias: son las menos frecuentes, pero en verano los niños pueden desarrollar enfermedades del sistema respiratorio como faringitis o bronquitis, que generalmente son virales.
– Accidentes, como caídas en patines, bicicleta o asfixia por inmersión suelen ser los más comunes.
Arma tu botiquín de verano
Antes de armar las maletas, armar el botiquín de verano es una buena idea, como también “conversar con el pediatra antes de viajar, ya que es quien conoce cuales son las patologías más frecuentes en los niños, pudiendo indicar las dosis por kilo de peso, en caso de enfermedad”, recomienda la doctora Rojas.
En un botiquín de verano no puede faltar:
– 1 antipirético
– Paracetamol
– Ibuprofeno o diclofenaco
– Algún antialérgico como clorfenamina
– Sales de hidratación oral para ayudar a evitar la deshidratación en cuadros de gastroenteritis
Tips para padres en verano
– Cuidar a los niños de caídas accidentales al agua.
– Tener conocimientos de reanimación cardiopulmonar básico, ya que es de gran ayuda para situaciones que ponen en riesgo la vida.
– Usar bloqueadores solares (FPS50) y repetir la aplicación cada 6 horas.
– Evita la exposición de los niños al sol en las horas de más calor (entre las 10:00 y 16:00 horas).
– Asegura la hidratación de los niños ofreciéndoles líquidos no azucarados.