Las presunciones, malestares y algunos síntomas naturales que experimenta la mujer durante este periodo consiguen dificultar la tarea de cuando intenta identificar si sus síntomas se mantienen dentro de un rango de normalidad o bien el malestar que está experimentando puede estar siendo ocasionado por un problema mayor.
Con el fin de facilitarte la tarea, se ha creado un listado con los principales síntomas riesgosos y el motivo de su peligrosidad para que puedas tomar estas indicaciones como primera instancia.
Es imprescindible que sepas que solo un 10% de los embarazos hoy en día contemplan una dificultad mayor que consiga que se les considere de alto riesgo. Sin embargo, como los sustos son muchos y la incertidumbre muy grande, aquí tienes algunos síntomas y el motivo por el cual debiesen encender tus alarmas.
Problemas con la vista. La visión borrosa o el fuerte dolor de cabeza derivado inmediatamente de la visión puede contemplar que estés teniendo la presión alta durante el embarazo.
Dolor y enrojecimiento de rodilla o pantorrilla. Cuando esto comienza a producirse, probablemente estemos hablando de una preeclampsia, cuyo motivo inmediato es una hipertensión arterial o una proteína en la orina si es que es después de la semana 20. Esta afección se presenta en alrededor del 3 a 7% de todos los embarazos y sus consecuencias, si es que no son bien cuidadas, son principalmente contraer el síndrome de HELLP, que puede ser mortal para el feto.
Infecciones de orina. Estas infecciones son muy frecuentes durante el embarazo y lo importante es saber cuidarlas y tratarlas a tiempo. Si bien ellas por sí sola no representan un problema directo con el embarazo, si evolucionan hacia una pielonefritis se transforma en uno de los riesgos graves más usuales durante el parto. La infección puede pasarse de la vía urinaria a la sanguínea y así dañar al feto directamente.
Hinchazón de manos y pies. A esto se le llama edema y se produce por retención de líquido en los tejidos y suele darse al tercer trimestre de gestación y es peligroso si es que tiene un embarazo múltiple o un exceso del líquido amniótico. Si dejas que el edema crezca se conseguirá que los vasos sanguíneos se dilaten y así se reducirá la elasticidad de tus paredes consiguiendo que el flujo natural de sangre esté dificultado para llegar a las extremidades.
Agudo dolor en la parte inferior o lateral del abdomen. Este síntoma podría significar que estás sufriendo un embarazo ectópico, es decir, que esté ocurriendo fuera del útero.
Sangrado vaginal. No olvides que el manchado no es lo mismo que el sangrado. Fíjate bien que se trate de una cantidad abundante. Esto refiere a más de lo que un protector diario puede contener. Si persiste el sangrado, puede tratarse de un embarazo ectópico, aborto espontáneo o bien, un embarazo molar, en el que el óvulo implantado en el útero no se desarrolla.
Inmobilidad del feto a partir de la semana 20 de embarazo.
Vómito o diarrea durante más de un día. Cuando esto ocurre inmediatamente el cuerpo se deshidrata, se activa una vertiginosa pérdida de peso y un desequilibrio electrolítico que puede conducir a la Hiperémesis Gravídica.
Flujo continuo de una pequeña cantidad de líquido proveniente de la vagina. Si se te rompe la bolsa y el líquido es color verdoso o amarillento es necesario dirijirse inmediatamente al doctor porque la emergencia es inmediata y necesita ser tratada por un médico especialista.