Ambas situaciones pueden ser perjudiciales si no se les pone atajo a tiempo, ya sea porque la embarazada no se alimenta bien, o debido a la ingesta de alimentos poco recomendados.
Náuseas: ¡guácatela!
Las variaciones hormonales, la hipersensibilidad en el sentido del olfato, los cambios estomacales y hasta trastornos sicológicos provocados por estrés, son algunos de los motivos que nombran los especialistas para explicar las náuseas. Y si bien sus causas no están del todo claras, lo cierto es que pueden ser muy molestas, generando, incluso, la baja de peso en la madre.
La situación de malestar en el estómago asociada a la sensación de tener necesidad de vomitar (aunque frecuentemente el vómito no se da), se presenta en el primer trimestre del embarazo en casi el 50% de las mujeres, para luego ir desapareciendo. Comúnmente son en la mañana, al instante de levantarse, y no dañan a la guagua mientras sean moderadas.
Ahora, si estas se prolongan durante todo el día, te hacen perder mucho peso o interfieren con tu vida cotidiana, lo mejor es acudir al doctor y que él determine si es necesario algún medicamento o tomar otro tipo de medidas.
Antes de buscar un antídoto infalible debes encontrar qué es exactamente lo que te provoca las náuseas y los vómitos para tratar de evitarlos. Te aconsejamos que pruebes con estos trucos:
1. Desayuno en la cama. Lo ideal es comer acostada y esperar unos 15 minutos antes de levantarte. Es aconsejable que esta comida sea a base de hidratos de carbono, proteínas y azúcares lentos, como galletas, pan, frutas, etc.
2. Respirar hondo. La simple inhalación de aire puro sirve para controlar las náuseas. También prueba haciéndolo mientras hueles algún aroma que te calme, como mentol o limón.
3. Muévete con calma. Evita los movimientos bruscos, sobre todo después de comer. Y olvídate de correr de un lado para otro.
4. Comer seguido y en pequeñas porciones. Preocúpate de preparar varias colaciones livianas en calorías para conservar el estómago lleno sin disparar tu peso.
5. El jengibre es uno de las especias que te puede servir. Se encuentra en algunas bebidas gaseosas, infusiones y se puede añadir a las comidas.
6. Las bebidas gaseosas consumidas con moderación pueden ser de gran ayuda.
7. Es conveniente que evites los jugos cítricos, ya que es posible que resulten muy irritantes para tu estómago y terminen por revolverlo.
8. Privilegia los alimentos ricos en hidratos de carbono, como galletas, papas, pan, etc., y también los que te aporten vitamina B6, como atún, plátano, pasas, salvado de trigo y semillas de sésamo, entre otros.
9. Las infusiones también suelen funcionar bien como antídoto, sobre todo las de anís, hojas de menta, cáscaras de naranja o limón.
10. La última recomendación es tomar agua a todas horas. Trata de que sean alrededor de 10 a 12 vasos largos durante el día.
Antojos: quiero comeeeerrr…
¿Por qué las embarazadas tienen esas ganas incontrolables de comer determinados alimentos? ¿Los provoca una necesidad real o son meros caprichos? Lo cierto es que en los primeros meses de gestación muchas mujeres desarrollan estos deseos, los que a veces pueden ser muy peculiares. La ciencia plantea que sus causas podrían estar en la carencia de electrolitos, minerales, vitaminas y otras sustancias en la madre, aunque también se cree que pueden significar la búsqueda de actitudes de solidaridad y comprensión dentro de la relación de pareja y familiar. Por ejemplo, se ha relacionado el deseo de comer hielo o sustancias extrañas como almidón para lavar la ropa o colillas de cigarrillos (una condición llamada pica), con una deficiencia de hierro, a pesar de que ninguno de estos productos contenga cantidades significativas de este mineral.
Hay otros antojos de comida a los que también hay que prestar atención. La falta de vitamina B puede desatar un intenso deseo de comer chocolate y las embarazadas que necesitan ácidos grasos esenciales en su dieta, comienzan a sentir deseos de ingerir aceite de lino. Asimismo, el querer comer carne roja parece ser una necesidad muy clara de proteína.
La teoría quizás más compartida por médicos especialistas, es que estos son una causa hormonal. Se puede establecer esto haciendo una comparación con una mujer durante su periodo menstrual, o en la menopausia. En ambas etapas, ellas viven cambios hormonales que las condicionan a actuar de manera diferente, por ejemplo, consumiendo cosas que nunca habían comido o repeliendo otras que siempre les habían gustado.
Pese a que sus causas no están claras ni para los especialistas, lo esencial es saber cómo manejarlos. No hay que reprimirse totalmente frente a los antojos. El mejor método para no caer en el poder de estos repentinos deseos, es llevar una dieta balanceada, con muchas frutas y verduras, además de tomar abundante líquido y no saltarse las comidas del día. Otro tranquilizante es el ejercicio. Ayuda a la distracción, además de generar endorfinas, lo cual provoca felicidad y menos preocupaciones.