Como padres siempre queremos tener la mejor relación posible con nuestros hijos, sin embargo sabemos que aunque pudiera parecer algo muy fácil, en realidad no lo es, y por el contrario es una tarea que siempre va a ser desafiante, e incluso en algunos casos se puede convertir en algo que necesita un manejo especial y hasta la intervención de un profesional para mejorar dichas relaciones.
También es cierto que si los padres se han comprometido desde el comienzo con la crianza de los hijos y se han esforzado en crear buenos hábitos de comunicación y relaciones fuertes con los hijos, el proceso puede resultar más sencillo, es cierto que los hijos no vienen con un manual, pero es nuestro deber de padres aprender en el camino con mucha paciencia.
La buena noticia, como dijimos antes, es que si sabemos manejar nuestra relación con los hijos, el proceso va a ser mucho más fácil, porque al final nuestros hijos son el reflejo de su entorno y ellos imitan lo que ven, si crecen con unos padres comunicativos, interesados en ellos y amorosos, que los alejan de las malas influencias, la mitad de camino ya está hecho.
Aquí vamos a ver cinco consejos muy útiles para seguir y mejorando o fortaleciendo las relaciones de padres e hijos, es importante que tu como padre de familia dediques el tiempo necesario y la atención correspondiente, para que de a poco puedas ir adquiriendo estas habilidades blandas, y vayas creando esos vínculos que siempre has querido formar con tu hijo.
Dedicarles tiempo
Dedicar tiempo a tu hijo es la parte más básica y quizás la más importante durante todo el proceso de crianza, dedicar tiempo trae consigo la posibilidad de conocer realmente al niño, de saber y entender cómo se está formando como persona, conocer sus pensamientos, el tiempo se debe compartir en cualquier edad, desde niños hasta adolescentes.
Compartir tiempo debe incluir tiempo de calidad, no se trata solo de estar juntos en la casa o haciendo la misma actividad, por el contrario significa interactuar de manera real y directa, hacer proyectos y actividades juntos, algunos ejemplos son jugar con ellos de manera sincera, salir a un parque a caminar y hacer alguna actividad junto, o planear cosas en equipo.
Hablar con los niños
El diálogo verbal es el camino más rápido para conocer rápidamente a cualquier persona, en el caso de los hijos, sabemos cómo son y lo que piensan desde que están pequeños, y por ese motivo a veces creemos que no es necesario hablar a profundidad.
El diálogo constante y de calidad permite transmitir conocimientos y valores a nuestros hijos, además de conocerlos más, en el caso de los adolescentes, el diálogo es una actividad demasiado importante y primordial, y es un hábito que se adquiere desde la niñez.
Valorar sus emociones
Muchas veces se suele subestimar las emociones del niño es decir, cuando él trata de expresar algún sentimiento ya sea positivo o negativo, simplemente lo damos por hecho y si es necesario lo reprimimos, pero pocas veces profundizamos en esa emoción.
Se debe prestar atención a todo lo que el niño expresa y en base a ello seguir un camino para que él se sienta comprendido.
Tener autoridad con cariño
Los límites para tener autoridad son sin duda unos de los retos más difíciles que tenemos como padres, está claro que debemos ser la figura de autoridad, quienes guian y al mismo tiempo quienes corrigen, pero los niños a veces pueden confundir esas correcciones con algo malo por parte de sus padres y prefieren callar.
Por eso cualquier muestra de autoridad se debe hacer cariñosamente, con calma y con paciencia, se deben evitar los gritos y las discusiones, y por el contrario fortalecer las relaciones.
Aprender a resolver las diferencias
Es inevitable tener diferencias que se convierten en discusiones con nuestros hijos, cuando están pequeños es un poco más fácil de manejar porque siempre terminan haciendo caso a lo que decimos, pero a medida que crecen la situación empieza a cambiar ya que ellos quieren tomar sus propias decisiones.
Se debe entender que es así y darles libertad de opinión, los padres también debemos comenzar a ceder y a negociar, aparte de escuchar, para poder llegar a acuerdos y resolver las diferencias.
Entonces, asegúrate de crear relaciones fuertes y estrechas con tus hijos, son la mejor señal y la mejor garantía de que ellos serán unas grandes personas cuando sean adultos, además la confianza con los padres desarrolla habilidades únicas y necesarias.