Los beneficios que la lactancia materna aporta a nuestros niños para un crecimiento y desarrollo saludable son indudables. Los expertos aseguran que, al ser amamantados, es como si los bebés recibieran su primera vacuna, pues los protege de diversas enfermedades, los ayuda a desarrollar anticuerpos para combatir virus y bacterias y también reduce el riesgo de alergias.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la leche materna es la mejor opción nutricional para los bebés, ya que permite que los anticuerpos que luchan contra los gérmenes pasen de la madre al niño y refuercen el sistema inmunitario del pequeño. Esto ayuda a reducir la incidencia de enfermedades graves, como la meningitis.
Pero no solo eso. La leche materna ofrece, además, ventajas para el desarrollo cerebral del bebé y los protege contra el asma, la diabetes, la obesidad y el síndrome de muerte súbita del lactante. Asimismo, es particularmente beneficiosa para los bebés prematuros y, es una práctica potente para reforzar el vínculo emocional entre madres e hijos.
Dolores Caycho, especialista del Colegio de Nutricionistas de Lima, refirió que, pese a todos estos beneficios, no todas las mujeres están en capacidad de dar a sus hijos este alimento. En algunos casos por causas médicas o fisiológicas, pero en la mayoría de casos por decisión propia, por comodidad o por estilo de vida.
Diversos estudios indican que la lactancia materna ayuda a reducir el riesgo de cáncer de mama, hipertensión arterial, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Leche materna vs fórmula
La nutricionista señaló que en el Perú el uso de fórmulas maternizadas en reemplazo de la leche materna cada vez se hace más común. En el año 2013, el 72% de niños peruanos tomaba leche materna, pero en el 2018, la cifra bajó a 67% y cada año los porcentajes siguen en descenso.
Caycho dijo que, aunque las leches maternizadas tienen los nutrientes que necesitan los bebés para crecer y desarrollarse, no reemplazan ni igualan a la leche materna, pues esta última contiene lactosa, proteína (suero y caseína) y grasa, que son consideradas la “comida perfecta” para el sistema digestivo del bebé humano, ya que es de fácil digestión.
A diferencia de ello, la leche artificial aún no ha conseguido reproducir la composición exacta de la leche materna, pues esta es una sustancia viva, que contiene muchas de las vitaminas y minerales que necesita un recién nacido y es fabricada por cada madre para cada bebé en particular; y ese es un proceso que no se puede reproducir.
“Por ello, organizaciones mundiales que velan por la salud recomiendan que los lactantes tomen la cantidad de leche materna que necesitan durante el tiempo que deseen, ya que así estarán más protegidos”, dijo Caycho.
La especialista agregó que esta leche también permite el ahorro familiar, ya que es gratuita, las madres no necesitarán comprar biberones ni otros accesorios de lactancia que pueden ser caros y, como el bebé enfermará menos, no será necesario invertir en visitas al médico o en la compra de medicamentos.
Los expertos aseguran que los niños alimentados exclusivamente con leche materna tienen coeficientes intelectuales ligeramente más altos que los alimentados con leche artificial.
¿Se puede dar de lactar en pandemia?
Aunque en medio de la pandemia por el COVID-19 muchas mujeres, embarazadas o madres primerizas, se preguntaban si dar de lactar a sus bebés en este escenario era seguro o no, esas dudas ya han sido despejadas por los expertos, quienes aseguran que, hasta la fecha, no se ha detectado la transmisión de casos activos de coronavirus a través de la leche materna ni de la lactancia.
Por el contrario, Unicef señala que una lactancia materna temprana y exclusiva ayuda al bebé a desarrollarse y formar un “escudo protector” ante el virus, incluso si el pequeño ha sido expuesto a este. Por ello, no hay razón para interrumpir la lactancia, sino todo lo contrario.
Paula Lalaguna, coordinadora nacional de la iniciativa internacional lanzada por la OMS y Unicef para la humanización en la atención al nacimiento y la lactancia (iHAN), refiere que al comienzo de la pandemia muchas madres dejaron de lado la lactancia materna ante la incertidumbre de un posible contagio.
Sin embargo, señaló que estudios recientes han constatado que no hay riesgo de transmisión del virus al bebé a través de la leche de la madre enferma. “La naturaleza ha demostrado que es un mecanismo muy sabio y que responde exactamente igual que otros virus respiratorios y otras patologías, pues la madre genera anticuerpos y esos son los que protegen al bebé”, explicó.
La lactancia y las vacunas
Lalaguna también aseguró que la administración de vacunas, en general, incluyendo la vacuna contra el COVID-19, es segura para las madres que amamantan y para el lactante, con la única excepción de aquellas vacunas que contienen virus vivos (como es el caso de la vacuna contra la fiebre amarilla).
“Está demostrado que una madre infectada con COVID-19 puede amamantar sin riesgo a su bebé, y la vacuna basada en ARN mensajero, que no contiene virus vivos, sería la más segura”, mencionó.
En ese contexto, cabe mencionar que un reciente estudio, impulsado por el hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona (España), y publicado en MedRixv ha demostrado la existencia de anticuerpos específicos contra el COVID-19 en la leche y en la sangre de las mujeres lactantes vacunadas con Pfizer-BioNTech, lo que quiere decir que las madres vacunadas también podrían transmitir inmunidad a los bebés y niños amamantados.
Con toda la evidencia internacional, la Sociedad Peruana de Obstetricia y Ginecología recomendó “fuertemente” que la población obstétrica reciba la vacuna contra el COVID-19 en todas las campañas de vacunación en el país y que esto no sea una barrera para el acceso de esta población a la inmunización.
Semana de la lactancia materna
Con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra la primera semana de agosto, son numerosos los organismos y las sociedades médicas que hacen hincapié en los beneficios que esta práctica otorga tanto a la madre como al bebé.
La Academia Americana de Pediatría recomienda alimentar a los bebés exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida. A partir de ese momento, se anima a las madres a proseguir con la lactancia materna por lo menos hasta que el bebé tenga 12 meses, y durante más tiempo si tanto la madre como el bebé así lo desean.
Caycho refirió que la lactancia se debe empezar a más tardar a la hora de haber dado a luz y luego seguir con la lactancia exclusiva por seis meses. “En ese lapso no hace falta dar al bebé ni agua, el pequeño, a través de la succión, estimula la producción de leche y el proceso beneficia a la mujer, pues quema calorías y ayuda a que el útero se encoja, de modo que las madres pierden peso más rápidamente”, manifestó.
Si usted está esperando un bebé, ya está dando de lactar a su hijo o tiene dificultades con esta práctica, el Instituto Nacional de Salud dio algunas recomendaciones para que las madres puedan alimentar a sus bebés en forma correcta:
Debe mantener una buena higiene. Lo primero antes de amamantar a su bebé y manipular la leche, es lavarse bien las manos y por un tiempo mínimo de 20 segundos. Si quiere extraer y almacenar la leche debe utilizar recipientes correctamente lavados con agua y jabón.
Practique el contacto piel con piel. Para ello, coloque al bebé cerca de usted, así facilitará la iniciación temprana a la lactancia materna. El tiempo cuenta, por lo tanto, se recomienda iniciar la práctica durante la primera hora tras el parto y a libre demanda del pequeño.
Ojo con la conservación. En ciudades con temperaturas promedio de 15°C la leche materna puede conservarse a temperatura ambiente hasta 24 horas; en zonas entre 19°C y 22°C, hasta 10 horas, y en localidades a 25°C, solo de 4 a 8 horas. A más de 25°C la leche necesita refrigeración.
Guarde la leche en forma adecuada. La leche se debe guardar en pequeñas cantidades de entre 50 y 100 centímetros cúbicos, que es lo que el niño necesita para una toma. Es recomendable etiquetar los recipientes con la fecha y hora de la extracción para ir usando los más antiguos.
Tenga en cuenta la duración de la leche. La leche materna se puede conservar en un refrigerador hasta 8 días, pero es mejor usarla dentro de los primeros cuatro días de extraída. En la parte de la congeladora este alimento puede mantenerse sin perder sus valores nutricionales hasta 9 meses.
Descongele la leche solo usando agua tibia. Para descongelar la leche se debe calentar agua y, una vez caliente, sacarla del fuego e introducir el envase de leche bien tapado hasta alcanzar la temperatura corporal. Recuerde que una vez descongelada, la leche no debe congelarse otra vez.
Nunca caliente la leche materna en microondas. Esta práctica puede destruir algunos de sus nutrientes, por lo que no es recomendable hacerlo. La leche materna tampoco debe ser colocada directamente al fuego o hervirla. Debe ser removida para homogenizarla.
Cuide su alimentación. Las madres lactantes suelen necesitar 500 calorías adicionales cada día para fabricar leche materna, lo que significa que deben ingerir una amplia variedad de alimentos bien equilibrados. Esto permite que los bebés amamantados puedan probar diferentes sabores.
Amamante con cuidado si tiene COVID-19. En ese caso debe dar de lactar con la precaución necesaria, que incluye llevar doble mascarilla, lavarse las manos con agua y jabón antes y después de tocar a su bebé y lavarse el pecho solo en caso de que haya tosido sobre él.
Alternativas si se siente enferma. Si se siente enferma para darle el pecho a su bebé, intente proporcionarle la leche materna por otros medios seguros, con una cuchara o en una taza limpia. También puede plantearse alimentarlo con la leche de una madre donante.
Continúe dándole pecho a su niño, aunque esté enfermo. Tanto si su pequeño contrae el COVID-19 como cualquier otra enfermedad, es importante seguir alimentándolo con leche materna. La lactancia refuerza el sistema inmunológico y lo ayudará a combatir las infecciones.
Recuerde que a más lactancia más producción. Tenga en cuenta que la succión del bebé, así como la extracción de la leche materna son importantes para mantener su producción de leche de manera óptima. Recuerde que en las mujeres cesareadas es necesaria más estimulación.
La leche maternizada en polvo es complementaria. Este tipo de leche está indicada para los niños con intolerancia o alergias, niños prematuros o con madres que no pueden dar de lactar. También se puede dar a partir de los seis meses de vida, pero solo como complemento a la alimentación.
DATO:
El Instituto Nacional de Salud del Niño, el Hospital San Bartolomé y el Hospital El Carmen de Huancayo cuentan con bancos de leche materna para la repartición de este alimento a los bebés que nacieron prematuros o con complicaciones.