Hoy quiero tocar un tema fundamental para todos quienes cumplimos el maravilloso rol de ser padres y tenemos, entre muchas otras cosas, la responsabilidad de ser actores fundamentales en desarrollo de la autoestima de nuestros hijos.
Mucho se habla hoy en día de este tema, existen toneladas de libros que describen pautas concretas para formar niños que se quieran a sí mismos, que confíen en su capacidad para hacer frente a los desafíos de la vida y que crean en su derecho para ser personas felices y respetables. Sin embargo, hoy quiero compartir con ustedes algo simple, un video que vi como parte de un diplomado que partí hace unas semanas, donde se hace una analogía excelente entre la autoestima y las fichas de póker… ¡¡¡así tal cual!!!
Fichas de Poker y Autoestima ¿Qué tienen en común?
Básicamente, el póker consiste en conseguir la mayor cantidad de fichas para ganar el juego. Cuando empezamos a jugar, todos partimos con la misma cantidad de fichas y a medida que el juego avanza, unos van ganando fichas y otros van perdiendo. Quienes van ganando, cada vez se atreven a apostar más y pueden ser más arriesgados en cada jugada, en cambio, quienes se van quedando con menos fichas, es probable que se vuelvan más cautelosos, apuesten menos para arriesgar menos, o bien, se retiren antes de hacer cualquier apuesta, por miedo a perderlo todo.
De igual forma, a lo largo de nuestra vida y en base a nuestras experiencias, vamos creando nuestro banco de fichas, las que nos servirán para hacer nuestras apuestas en los juegos que la vida nos propone; desde preguntar la hora en la calle hasta rendir un examen, pedir pololeo, sacar un título profesional o buscar trabajo por nombrar solo algunas. Pues bien, si en el camino que hemos ido recorriendo desde pequeños, se nos ha proporcionado el espacio para adquirir suficientes fichas, podremos atrevernos a más grandes desafíos.
¿Qué puedo hacer como padre?
Como padres, debemos ser conscientes de que todo ¡¡¡TODO!!! lo que hagamos o digamos influye en el desarrollo emocional de nuestros hijos, ya sea de manera positiva o negativa. Los niños son verdaderas esponjitas, son capaces de captar muchísimo más de lo que pudiéramos pensar y así, unas palabras de aliento pueden significar tanto para él, que se conviertan en palabras que escuche en su cabeza toda su vida y siempre cuando se enfrente a un desafío. Esto también puede pasar si se lo critica de una mala manera o se le da un reto o un castigo de manera desmedida.