¿Alguna vez has encontrado a tu hijo, en la mitad de la noche y con la mirada perdida paseando por la casa? Puede ser que sufra de sonambulismo. Aunque no lo creas, es uno de los trastornos del sueño bastante común en niños, especialmente desde los 4 años.
Al dormir, el cerebro humano pasa por distintas fases que forman un ciclo durante el sueño. Si es que existe alguna alteración en alguna de estas fases, se puede generar el sonambulismo. En los niños esta alteración se produce en las etapas más profundas del sueño, cuando es más difícil despertar a una persona sin asustarla ni desorientarla.
¿Qué produce sonambulismo en los niños?
En el sonambulismo infantil influyen, tanto factores genéticos como la inmadurez del sistema nervioso central. Aunque también existen otras razones que pueden generar esta alteración:
- Inexistencia de rutina de sueño, los niños no tienen horarios fijos para ir a la cama o levantarse
- Cansancio extremo.
- El niño no duerme bien o no duerme lo suficiente.
- Ansiedad y estrés.
Es poco sabido, pero el caminar dormido no es la única señal de un cuadro de sonambulismo en niños. Debes prestar atención a otros factores, tales como si tu hijo habla dormido, se sienta en la cama en la mitad de la noche, le cuesta despertar, debes poner atención a sus hábitos de sueño.
Antes de categorizar a tu hijo como sonámbulo, te recomendamos que revises su hora acostarse, lo más importante es que tengan y respeten una rutina y tengan buenos hábitos de dormir: respeten horarios, duerman en un lugar cómodo y limpio de distracciones y ruidos molestos, que vayan al baño antes de acostarse y que les des la seguridad que en caso de cualquier problema durante la noche, tú puedes ayudarlo.
Es fundamental que los niños tengan un sueño reparador y tranquilo para que puedan desarrollarse correctamente en todos los sentidos. Si tienes dudas o inquietudes respecto al sueño de tu hijo, la recomendación es que hables con tu pediatra. Él sabrá orientarte en este tema.
¿Cómo prevenir el sonambulismo infantil?
El sonambulismo infantil es un trastorno del sueño común en niños, pero hay medidas que los padres y cuidadores pueden tomar para ayudar a prevenirlo o reducir su frecuencia:
- Mantener una rutina de sueño consistente: Establecer horarios regulares para irse a la cama y despertarse puede ayudar a regular el ciclo de sueño de un niño y reducir la incidencia de sonambulismo.
- Crear un ambiente propicio para el sueño: Asegúrate de que el dormitorio del niño sea un lugar tranquilo, oscuro y confortable para dormir. Elimina cualquier factor que pueda interrumpir el sueño, como ruidos fuertes o luces brillantes.
- Evitar la sobreexcitación antes de acostarse: Limita las actividades estimulantes, como ver televisión o jugar videojuegos, antes de la hora de dormir. En su lugar, fomenta actividades relajantes, como leer un libro o tomar un baño tibio.
- Reducir el estrés y la ansiedad: El estrés y la ansiedad pueden desencadenar episodios de sonambulismo en algunos niños. Ayuda a tu hijo a manejar el estrés proporcionándole un entorno seguro y tranquilizador en el hogar y hablando con él sobre cualquier preocupación que pueda tener.
- Mantener un ambiente seguro durante la noche: Coloca puertas y ventanas seguras, así como obstáculos en escaleras u otras áreas peligrosas para evitar que el niño se lastime mientras está sonámbulo.
- Evitar la privación de sueño: Asegúrate de que tu hijo esté durmiendo lo suficiente cada noche según su edad. La falta de sueño puede aumentar la probabilidad de episodios de sonambulismo.
- Consultar con un médico: Si el sonambulismo persiste o es frecuente, es importante hablar con un médico. Puede ser necesario investigar posibles causas subyacentes o considerar opciones de tratamiento, como la terapia conductual o el uso de dispositivos de alarma para despertar al niño si se levanta de la cama durante la noche.
Es fundamental recordar que el sonambulismo infantil generalmente desaparece a medida que el niño crece y su sistema nervioso central madura. Sin embargo, seguir estas medidas puede ayudar a minimizar los episodios y garantizar la seguridad y el bienestar del niño mientras atraviesa esta etapa.