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¿Los niños manipulan? Esa es una creencia de los adultos

febrero 23, 2024

¿Cuántas veces hemos escuchado que los niños nos manipulan de distintas maneras? Pero eso no es así. Es por eso que hoy queremos compartir esta columna del Coach Oscar Cáceres que nos habla precisamente de este tema. Te invitamos a leer y a comentar tu parecer.

“Tenemos la curiosa tendencia inconsciente a mirar a nuestros pequeños hijos como si fuesen adultos y por lo tanto a esperar de ellos a veces, comportamientos de adultos. Quizás sea porque no soportamos tanta inocencia ni tanta transparencia. Es demasiada Luz para nuestros cansados ojos nublados por la miseria humana, por la desconfianza, el miedo y cuanta emoción tóxica hayamos implantado en nuestra alma.

En esa lógica, hemos llegado a pensar que nuestros hijos son verdaderos monstruitos dotados de una particular característica. Hacernos colapsar y manipularnos cual psicótico que genera estrategias truculentas para engañar a su prójimo.

Pensar que nuestros pequeños nos manipulan es una fantasía propia de mentes que esperan lo peor del mundo y caminan con desconfianza por la vida. Los niños son incapaces de tramar estrategias fríamente pensadas para manipularnos. El hecho de que un niño llore no significa que desea conseguir de manera truculenta las cosas, llora porque algo necesita. Y su llanto no puede ser más genuino. Cuando un niño llora debemos atenderle pues significa que lo está pasando mal, está sufriendo. El llanto no es solo una forma de comunicación como suelen plantearlo ciertas corrientes de crianza, instalando de paso la creencia que tenemos frente a nosotros pequeños y racionales monstruos manipuladores.

Paul Ekman, un notable psicólogo inglés, ha desarrollado un modelo interesante para descubrir las mentiras que los seres humanos decimos contrastando lo que se dice con las emociones que invariablemente aparecen al mentir y que se manifiestan a través de gestos y micro expresiones en el rostro. Lo anterior es válido en el mundo de los adultos pues los niños, no son capaces de disimular mentiras y por lo tanto sus infantiles rostros son transparentes frente a lo que sienten, definitivamente están en una situación de disconfort.

Si un niño se entristece y hace “pucheros”, es algo real. Algo está ocurriendo en el que se manifiesta la emoción sin tapujos. Lo mismo ocurre con el llanto. El llanto en un niño denota dolor, deseo de estar con la madre, hambre de leche materna o simplemente contacto, voluptuosidad materna. Sin embargo, es común escuchar aquello de “ten cuidado porque hará lo que quiera contigo”, o “déjalo llorar para que se acostumbre a estar solo”, o el típico “te está manipulando con su llanto”.

Maquinamos historias en nuestra mente que nos hacen creer que nuestros pequeños están dotados de artilugios propios de los adultos y en realidad lo único que nuestros pequeños quieren es presencia materna y lo único que entregan es amor. Ellos son lo más genuino que hay, por lo tanto cabe preguntarse si no será un pedido desplazado el que hace que el niño lloré, patalee o haga una rabieta, pero eso lo hace no para manipular sino para mostrar su sentir genuino de dolor, tanto nos pidieron algo y no se lo dimos en su momento que después el niño lo manifiesta con todo su pequeño cuerpo.

No veamos en los demás aquello que es propio de nuestras mentes nubladas por el paso del tiempo y las experiencias en donde hemos aprendido que el mundo es peligroso y las personas, en tanto puedan hacerte daño lo harán”.

¿Cómo se comporta un niño manipulador?

El comportamiento de un niño manipulador puede manifestarse de diversas formas, dependiendo de la situación y la personalidad del niño. Aquí hay algunas señales comunes que podrían indicar comportamientos manipuladores en los niños:

  1. Mentiras frecuentes: El niño puede recurrir a la mentira para obtener lo que quiere o para evitar enfrentar consecuencias.
  2. Manipulación emocional: Puede recurrir a lágrimas, berrinches o pataletas para obtener atención o para salirse con la suya en situaciones específicas.
  3. Manejo de la culpa: El niño puede culpar a otros por sus propias acciones o usar la culpa como una táctica para obtener lo que quiere.
  4. Soborno o chantaje emocional: Puede ofrecer recompensas o amenazar con consecuencias negativas para influir en el comportamiento de los demás.
  5. Crear divisiones: Puede intentar crear conflictos entre adultos o entre otros niños para manipular la situación a su favor.
  6. Actuar de manera encantadora o manipuladora: Puede usar su carisma y encanto para ganarse la simpatía de los demás y conseguir lo que desea.
  7. Resistencia pasiva: Puede aparentar estar de acuerdo con las reglas o demandas, pero luego actuar de manera pasiva o sabotearlas en secreto.

Es importante tener en cuenta que estos comportamientos pueden ser normales en ciertas etapas del desarrollo y pueden surgir por una variedad de razones, como la falta de habilidades sociales adecuadas, la necesidad de atención o la incapacidad para manejar las emociones de manera constructiva. Sin embargo, es esencial abordar estos comportamientos de manera comprensiva y establecer límites claros y consistentes para fomentar un comportamiento más positivo y saludable en el niño. Además, proporcionar modelos de comportamiento positivo y enseñar habilidades sociales y emocionales puede ayudar al niño a desarrollar estrategias más saludables para interactuar con los demás. Si los comportamientos manipuladores persisten o son preocupantes, puede ser útil buscar orientación de un profesional de la salud mental.

¿Cuando un niño empieza a manipular?

Los niños pueden empezar a mostrar comportamientos manipuladores en diferentes etapas de su desarrollo, aunque es más común que estos comportamientos comiencen a manifestarse en la etapa preescolar y la niñez temprana, alrededor de los 3 o 4 años de edad. Aquí hay algunas razones por las cuales los niños pueden empezar a mostrar comportamientos manipuladores en estas etapas:

  1. Desarrollo de habilidades sociales y emocionales: A medida que los niños comienzan a interactuar más con otros niños y adultos, pueden experimentar con diferentes comportamientos para ver cómo afectan a su entorno y aprender a negociar sus deseos y necesidades.
  2. Desarrollo del lenguaje: A medida que los niños adquieren habilidades lingüísticas más avanzadas, pueden empezar a utilizar el lenguaje de manera más sofisticada para persuadir, engañar o manipular a los demás.
  3. Necesidad de independencia: A medida que los niños buscan más autonomía e independencia, pueden recurrir a la manipulación como una forma de ejercer control sobre su entorno y obtener lo que desean.
  4. Imitación de modelos de comportamiento: Los niños pueden observar y aprender comportamientos manipuladores de adultos u otros niños en su entorno, y luego imitarlos como una forma de lograr sus objetivos.

Es importante recordar que los comportamientos manipuladores en los niños son parte del proceso de aprendizaje y desarrollo, y pueden ser normales en cierta medida. Sin embargo, es fundamental abordar estos comportamientos de manera comprensiva y establecer límites claros y consistentes para fomentar un comportamiento más positivo y saludable en el niño. Además, proporcionar modelos de comportamiento positivo y enseñar habilidades sociales y emocionales puede ayudar al niño a desarrollar estrategias más saludables para interactuar con los demás. Si los comportamientos manipuladores persisten o son preocupantes, puede ser útil buscar orientación de un profesional de la salud mental.