Esta es una de las dudas más comunes entre las madres, sobre todo las primerizas, puesto que este especialista será el encargado de seguir el desarrollo de tu hijo y de estar pendiente ante cualquier eventualidad que pueda surgir en cuanto a su salud. Para que no te compliques, aquí te compartimos algunos consejos.
Para muchas mujeres este tema puede convertirse en un estrés innecesario, e incluso comienzan su búsqueda antes de que la guagua nazca. ¡No te adelantes! Con el embarazo y el nacimiento ya tiene suficientes preocupaciones, por lo que esto es algo que puedes dejar para después. Con la ayuda de Eugenio Saavedra, pediatra de Clínica Indisa, te damos algunas directrices para que esta elección sea más fácil.
¿En qué cosas se debe fijar una madre al escoger un pediatra?
Este es un motivo frecuente de preocupación de los padres. Es una decisión importante, pues será el profesional médico más cercano a estos en el proceso de crecimiento y desarrollo del niño. Será quien los guíe en las pautas de alimentación y cuidados generales, quien supervise que esté al día su esquema de inmunizaciones (vacunas) y solucione los problemas de salud que inevitablemente presentará en su niñez.
¿Cuándo se debe comenzar con esta búsqueda?
No es necesario iniciar una búsqueda precoz ni coordinar entrevistas previas para conocer al médico. Habitualmente los padres solicitan una hora al pediatra basados en su intuición o por recomendaciones de amigos que ya han pasado por esta experiencia. Las mamás ‘perciben’ si se ha producido una buena conexión entre ellos y el doctor, si ha habido ‘química’ o no y ahí deciden si continúan con este pediatra o no.
¿Qué requisitos debe cumplir?
En primer lugar, lo ideal es que sea pediatra, vale decir un médico que ha hecho una especialización formal en un centro calificado. Esto significa que ha tenido un periodo de formación diaria supervisada y evaluada en forma constante, además de contar con la experiencia de turnos de urgencia y residencia, lo que significará conocimientos sólidos y esto se traducirá en experiencia. Pero, ¿qué piden los padres? En primer lugar, empatía. Que sea capaz de ponerse en su lugar, escucharlos y responderles adecuadamente sus consultas y dudas. Acompañarlos en este proceso y estar disponible para consultas de alguna urgencia. Ojalá tener a mano su número telefónico, WhatsApp o correo electrónico. Esta es una especialidad con una dinámica diferente, por lo que se requiere tener fácil contacto. Esta generosa disposición del médico debe contar también con la responsabilidad y criterio de los padres para saber utilizar estos medios de comunicación y no saturarlo con consultas que bien se pueden solucionar o conversar en los controles del niño.
¿Qué más hay que tener en cuenta?
La elección de este médico variará según el lugar de nuestro país en el que se está viviendo. Las posibilidades de acceso a la salud son muy disimiles según donde vivamos. No es lo mismo vivir en una gran ciudad a hacerlo en una localidad rural o semirural, en donde no tenemos posibilidades de alternativas y deberemos confiar en el equipo de salud de ahí. Asimismo, otro factor importante y real a considerar es que los padres deberán conocer cómo opera su sistema de salud. Si le permite acceder a una libre elección total o los restringirá a un sistema de salud cerrado en donde las posibilidades son más limitadas.
Debemos recordar que el pediatra cumple funciones tanto mientras el niño está sano, en temas relacionados con su crecimiento y desarrollo, como también cuando se enferma. Eso sí, si las patologías son más complicadas y necesitan de especialistas, él ocupará la función de médico de cabecera, coordinador y persona de confianza de la familia.