Buscando y buscando en Internet hemos encontrado este interesante y entretenido manual para que eduquemos a nuestros hijos desde los nuevos cinco sentidos, las invitamos a leerlos.
1. El sentido común: Para educar se necesitan grandes dotes de sentido común, definido como “la capacidad natural de grupos y comunidades, para operar desde un código simbólico compartido, que les permite percibir la realidad, o asignarle un sentido a personas, objetos o situaciones, que resulta obvio para el común de los integrantes de esa comunidad”. Casualmente el sentido común es a veces el menos común de los sentidos. Pero a la hora de educar, jamás debemos olvidarlo.
2. El sentido del ridículo: Que viene a decir algo así como que no hagas nada que te daría vergüenza que los demás supieran. Aunque estemos entre cuatro paredes, siempre piensa si esto lo harías n público es una buena forma de definir qué hacer y qué no hacer a la hora de educar.
3. El sentido del deber: Educar es una obligación. A la que habitualmente optamos de forma voluntaria pero que hay que cumplir. La vida cambia cuando tienes un hijo, sin duda alguna. Ignorarlo o plantearse hacer las mismas cosas y de la misma manera que las hacíamos antes no suele conducir a buen puerto.
4. El sentido moral: La transmisión de valores, la importancia de servir de ejemplo. Los sermones que a veces damos no tienen mucho valor si luego nuestra conducta va en otra línea.
5. El sentido del humor: La forma de encarar la vida con sus problemas y sus dificultades con buen ánimo, con buen humor y con optimismo, obviando siempre el victimismo y dando a los problemas el peso que tienen, sin dramatizar en exceso.
Antes de cualquier técnica o recurso para educar de la mejor forma, nuestro niños necesitan ver en sus padres ejemplos íntegros y de seres reales que los apoyan y acompañan.
La idea de educar a los niños con «nuevos cinco sentidos» podría referirse a una metáfora para abordar la educación de manera más holística y completa, y aunque los humanos tradicionalmente solo tienen cinco sentidos físicos reconocidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto), podemos interpretar esta expresión para sugerir enfoques más amplios para la crianza y la educación. Aquí tienes algunos consejos generales que podrían aplicarse en esta situación:
- Desarrolla la conciencia emocional: Además de los sentidos físicos, los niños también necesitan desarrollar conciencia emocional. Enséñales a identificar y manejar sus emociones de manera saludable. Esto implica enseñarles sobre la empatía, la compasión y la resolución pacífica de conflictos.
- Fomenta la curiosidad y la creatividad: Anima a los niños a explorar el mundo que les rodea de manera activa y creativa. Proporciona oportunidades para el juego imaginativo, el arte y la experimentación.
- Promueve la inteligencia social: Ayuda a los niños a desarrollar habilidades sociales sólidas, como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la capacidad de colaborar. Esto implica enseñarles sobre la importancia de las relaciones interpersonales y cómo interactuar de manera positiva con los demás.
- Cultiva la conciencia corporal y el bienestar físico: Además de los cinco sentidos tradicionales, también es importante que los niños estén conscientes de su cuerpo y de cómo cuidarlo adecuadamente. Fomenta hábitos saludables, como una alimentación equilibrada, ejercicio regular y buenos hábitos de sueño.
- Inculca valores y ética: La educación no solo se trata de adquirir conocimientos académicos, sino también de desarrollar un sentido de ética y valores morales. Enséñales sobre la importancia de la honestidad, la responsabilidad y el respeto hacia los demás.
- Apoya el desarrollo cognitivo: Además de los sentidos físicos, también es crucial estimular el desarrollo cognitivo de los niños. Proporciona actividades que desafíen su pensamiento crítico, su resolución de problemas y su capacidad de toma de decisiones.
- Fomenta la conexión con la naturaleza: Ayuda a los niños a conectarse con la naturaleza y a apreciar su belleza y complejidad. Esto puede incluir actividades al aire libre, como caminatas, exploración de la vida silvestre y jardinería.
- Apoya el aprendizaje experiencial: Permitir a los niños aprender a través de la experiencia directa y el descubrimiento guiado puede ser extremadamente valioso. Proporciona oportunidades para que exploren y experimenten el mundo que les rodea de manera práctica.
Al adoptar un enfoque integral que abarque estos aspectos, puedes ayudar a los niños a crecer y desarrollarse de manera equilibrada, nutriendo no solo sus sentidos físicos, sino también su mente, cuerpo y espíritu.