El desarrollo de las neuronas experimenta un crecimiento explosivo desde el nacimiento hasta los 3 años aproximadamente, por ende, hablar de estimulación temprana es complemente adecuado si se quiere apoyar el desarrollo de los niños y ayudarlos a ser felices. Cómo hacerlo te lo contamos a continuación.
Desde que se está en el vientre materno, los estímulos cobran gran importancia. Por ello se sugiere comenzar durante el embarazo, a través de la música para luego continuar con tareas muy simples, que no te tomarán más de 20 minutos diarios.
De 0 a 3 meses
Durante este período el recién nacido está experimentando grandes cambios a nivel cerebral, pues sus neuronas empiezan a conectarse entre sí. Para ayudar a que esto ocurra, la leche materna es un excelente estimulador, pues sus ácidos grasos colaboran para que este proceso se realice de manera exitosa.
Además, de acuerdo a estudios del psicoanalista René Spitz, estudioso de la teoría del apego, en el instante de la succión convergen 3 momentos sensoriales muy relevantes para el recién nacido: hambre, sensación de saciedad (necesidad cubierta) y contacto con el mundo externo, el que se ve representando por la piel de su madre.
Otro beneficio de la lactancia es que al estar obligada la madre a cambiar de pecho, se potencia la simetría corporal. En el caso de las madres que le dan leche en mamadera, también se sugiere ir alternando el lado de toma para conseguir el efecto anteriormente nombrado.
En términos de ejercicios, los masajes son una excelente opción para apoyarlos en esta primera etapa en el movimiento de sus músculos y al hacerlos correctamente también se estimulan sus terminales nerviosas, lo que favorece su desarrollo. Basta con 15 a 20 minutos diarios, idealmente después de su baño, para que estemos llevando a cabo una excelente labor.
Al ser tan pequeñitos, en este periodo más que desarrollo físico los recién nacidos requieren de mucho amor y afecto, pues esto les brinda seguridad y tranquilidad. Si un padre reacciona de manera ansiosa o desesperada a los llantos de su guagua, a pesar de que ella no entienda el significado de estas emociones, responderá a ellos de forma similar, es decir, probablemente será un niño que le cueste calmarse y tenderá a ser más llorón.
Antes de los 4 meses los expertos recomiendan no recurrir a centros de estimulación temprana, pues tal como se mencionaba anteriormente, lo único que necesita el recién nacido es estar en contacto permanente con sus padres, quienes mediante la atención oportuna de las necesidades del niño se transformarán en sus figuras de apego.
De 3 a 6 meses
En este rango etario los niños ya comienzan a responder de manera más recíproca a los estímulos del los padres lo que tiende a motivarlos a realizar un mayor número de actividades.
Algunas de las que potencian las habilidades para esta etapa son:
1.- Utilizar diversos sonajeros. Esta actividad le ayudará a diferenciar sonidos, aspecto muy importante para el desarrollo posterior del lenguaje.
2.- Ubícalo frente a un espejo y descríbele lo que están observando. “Ahí está la mamá y ahí está Pedrito”, esto le ayudará a ir entendiendo que es un ser independiente a su cuidador.
3.- Dependiendo de las indicaciones del pediatra, hay menores que ya cerca de los 5 o 6 meses comienzan a probar frutas. Ofrécele la mayor cantidad posible, dentro de las aconsejadas para su edad, pues estará desarrollando el sentido del gusto.
4.- Es una edad ideal para comenzar a diferenciar las partes de su cuerpo. Mientras le haces masajes o simplemente a través de canciones, podrás ir contándole cómo se llaman y verás que a corto plazo será capaz de tocarla cuando tú la nombres.
5.- A través de libros, también es una excelente etapa para que descubra objetos y animales. Los colores llamarán su atención y estaremos estimulando el sentido de la vista.
6.- Para fortalecer los músculos y ayudarlo a sentarse, puedes hacer este simple ejercicio: acuéstalo en la cama boca arriba, toma sus manitos y suavemente ayúdalo a conseguir la posición recta. Luego lentamente regrésalo a su posición original. Repetir tantas veces el niño quiera, pero hay que considerar que esto los cansa, por lo que basta con un par de repeticiones diarias.
7.- Ya comenzará a ser capaz de tomar objetos los que luego dejará caer. Fomenta a través del juego que realice este ejercicio, pues en un futuro la motricidad le servirá incluso para la escritura.
De 6 a 9 meses
A esta edad ya se encuentran más firmes y gracias a los ejercicios que han venido realizando desde un inicio de seguro será un niño muy despierto y con ganas de explorar y descubrir el mundo. Pero se viene un desafío muy grande para él, pues a esta edad ya debiese comenzar a gatear.
1.- Para conseguir que logre desplazarse solo mediante el gateo, se recomienda que le muestres con el ejemplo cómo debe hacerlo. Al verte de seguro, intentará alcanzar la posición de 4 patas. Para que sea más entretenido, acompaña este paseo con sonidos que imiten animales que ya reconozca como perros y gatos.
2.- Jugar a la escondida a esta edad será muy beneficioso para él, pues le estarás ayudando a entender que las cosas cuando no están a la vista no significa que desaparezcan para siempre. La mamá o el papá están en la pieza del lado, pero vuelven cuando el menor los llama. Así, poco a poco, podrá ir adquiriendo independencia, que necesitará una vez que sea mayor.
3.- Es muy común que entre los 8 y 9 meses el niño se muestre esquivo con personas que no sean de su entorno habitual. Para evitar que esto ocurra, los expertos sugieren exponerlos a espacios de sociabilización desde temprana edad. Las plazas son ideales para que se acostumbre a estar rodeado de niños y a establecer relaciones con sus pares.
4.- Si tu hijo se encuentra en esta etapa, de seguro estás encantada al escuchar cómo pronuncia sus primeras palabras. Todo comienza con balbuceos ba-ba o pa-pa. Para estimularlo a seguir adelante con este desarrollo, los padres deben responder a estas palabritas tal como si el menor estuviera manteniendo una conversación. Se les debe conversar, hablar y cantar, utilizando palabra sencillas que estén dentro de las utilizadas de manera cotidiana.
De 9 a 12 meses
Al aproximarse al año de vida los niños experimentan cambios muy notorios, que nos hacen saber que ya están dejando de ser guaguas y se están transformando en niños. De seguro está intentando caminar y se mete a la boca todo lo que encuentra en su camino.
1.- Antes de caminar, necesitan saber realizar giros laterales, sentarse y ponerse de rodillas. Para ayudarlo, podemos utilizar obstáculos que lo obliguen a conseguir este desarrollo. Ideal que logren rodear una mesa o pasar por encima un cojín e incluso ayudarlo a pasar por debajo de la mesa. También ubicar sus juguetes favoritos a cierta distancia para obligarlo a desplazarse para conseguirlo.
2.- Como ya han adquirido mayor fuerza de brazos y piernas, se sugiere dejarlos explorar siempre acompañados por un adulto pues no son capaces de medir el peligro. Si ya da pasos, permitirle circular por las zonas de la casa que no representen un peligro. Ideal por las piezas y pasillos evitando la cocina y balcones.
3.- Crear momentos de juego en los que esté sentado por un rato, especialmente con juguetes que sean de encajar, revolver y tirar, pero sin obligarlo, pues hay que comprender que a esta edad las actividades deben ser de corta duración, pues se cansan con mucha facilidad.