Cuando entran bacterias a las vías urinarias, rápidamente son eliminadas, antes de que causen síntomas, pero a veces superan las defensas naturales del cuerpo y causan infección.
Cualquier niño puede desarrollar una infección urinaria, aunque algunos son más propensos que otros, y es más frecuente en las niñitas.
Las vías urinarias tienen varias maneras de prevenir las infecciones y las defensas naturales del cuerpo también ayudan, sin embargo, hay ciertos factores que las propician:
1. Aguantar las ganas de hacer pipí, ya que hacerlo con frecuencia ayuda a expulsar las bacterias del cuerpo, mientras que retener el pipí permite su crecimiento.
2. Producir poca orina, es decir, un niño que no toma suficiente líquido no producirá el pipí suficiente para expulsar las bacterias.
3. Estreñimiento, ya que las heces duras en el intestino pueden hacer presión en las vías urinarias y bloquear el flujo de orina, permitiendo el crecimiento de bacterias.
4. Mal aseo de la zona genital, por la posibilidad de contaminación con las deposiciones.
Síntomas
Para estar atentos, los síntomas pueden ser desde leves a intensos, incluyendo:
– Dolor o ardor al hacer el pipí.
– Necesidad de hacer pipí con más frecuencia y con dificultad.
– Falta de apetito.
– Pipí de color oscuro, turbio, con olor fuerte o con sangre.
– Dolor en el costado o en la espalda.
“La infección puede afectar a cualquier parte del tracto urinario, aunque la parte baja, donde están la uretra y la vejiga, es la más afectada por lo que se llama cistitis. Cuando la infección se extiende hacia partes más altas del tracto urinario, ascendiendo por los uréteres hasta los riñones, se llama pielonefritis y generalmente es más grave”, explica el Dr. Eugenio Saavedra, pediatra de Clínica INDISA.
La mayoría de las infecciones se curan en una semana con el tratamiento médico adecuado, pero se requieren estudios más acuciosos en los niños menores para determinar la causa de la infección, así como controles médicos posteriores periódicos para evitar su reaparición.