En Chile cada vez se hacen más conocidas y gracias al boom de los métodos naturales, son más cotizadas al momento de dar a luz. Pero ¿quiénes son estas mujeres? Acá te contamos la historia de las doulas y por qué cada día más embarazadas acuden a ellas.
En los años 80 se realizó un estudio sobre el comportamiento de los pacientes de un hospital de Guatemala que poseía un alto índice de cesáreas, intervenciones médicas y gasto farmacéutico. Para intentar solucionar el problema, se asignó a mujeres que ya eran madres a un cierto grupo de embarazadas que estaban a punto de dar a luz. Esto con el objetivo que las apoyaran durante el proceso y bajaran su nivel de ansiedad. Paralelamente, se analizó a aquellas mujeres que solo contaron con el apoyo del personal de la instalación médica durante su periodo de parto. Finalmente, el resultado del experimento arrojó que las mamás que fueron asistidas por otras, tuvieron menor índice de intervenciones en relación a aquellas que solo fueron tratadas por personas del hospital.
A raíz de esta investigación, surgió la idea de esta asistente partera que fue denominada ‘doula’. Su etimología proviene del griego antiguo que significa esclava, pero también es empleada para denominar a la mujer que sirve en un parto. “En un momento fue muy conflictivo el término literal de la palabra, pero finalmente nuestra labor radica en asistir tanto a la mujer embarazada como a su pareja durante el proceso de gestación, parto y post parto, entregándole un apoyo físico y emocional”, explica Luz Prieto, periodista y doula.
Ellas no necesariamente poseen una formación médica, ya que su función busca entregar, en gran medida, una satisfactoria experiencia de parto. Este tipo de soporte permite que toda la familia pueda relajarse y disfrutar de la experiencia de dar a luz y del recién nacido. “Las mujeres tienen necesidades complejas durante el parto. No solo requieren de la seguridad que brindan los obstetras, sino que también buscan tranquilidad, consuelo, aliento y respeto. Además, necesitan atención individualizada en función de sus circunstancias y preferencias. Por eso, las doulas abarcan ámbitos no clínicos de la atención durante el nacimiento”, declaró la organización de doulas de Norte América.
¿Qué hace una doula?
Ellas, también conocidas como parteras, han estado apoyando activamente a las mujeres en trabajo de parto durante bastante tiempo, mucho antes que se popularizara el oficio, ya que décadas atrás las embarazadas siempre eran asistidas por féminas de su familia o cercanas que tuviesen experiencia en el ámbito de la maternidad.
“La idea es que las parejas, sobre todo la madre, pueda elegir libremente a su doula. Esto tiene un gran valor simbólico, ya que muchas veces el equipo médico que la acompaña durante su trabajo de parto está asociado a su Isapre o doctor de cabecera. Por ende, son muchas caras desconocidas las que se encuentran en un momento que es muy íntimo, lo que puede entorpecer la conexión de los padres con la guagua que viene en camino. Por eso, las palabras de aliento y el saber que hay alguien que está velando por sus decisiones, mejoran la calidad del parto”, explica Luz.
Hoy, las doulas son mujeres capacitadas y con experiencia en alumbramiento, que guían a las futuras mamá y brindan información equilibrada para que las parejas puedan tomar sus propias decisiones, sin sentir la presión que la medicina occidental impone. Si bien no todas necesitan de alguna ayuda externa, en muchas ocasiones, sobre todo cuando se decide llevar a cabo un parto natural, su apoyo puede ser fundamental. Asimismo, los estudios demuestran que efectivamente la colaboración de una madre a otra reduce el nivel de estrés, mejora la lactancia y el alumbramiento posee mayor satisfacción.
“Mi trabajo consiste en dar palabras de aliento, cariño y comprensión. A la vez, cuando están en trabajo de parto, las ayudo a disminuir su dolor. Esto lo hago mediante el rebozo, que es una técnica en la que se cuelga a la embarazada en una tela, para así bajar la presión del sacro y por ende su malestar. Sin embargo, a veces solo me toca hacerme cargo de los papeleos médicos, de mantener informada a la familia o actualizar al doctor sobre la periodicidad de las contracciones. Puede sonar muy superficial, pero estas acciones contribuyen a que las mamás se puedan concentrar en dar a luz y en disfrutar de la experiencia”, advierte Luz Prieto.
Una doula puede proporcionar distintos servicios, que, en algunas ocasiones, pueden estar asociados a terapias alternativas, como la aromaterapia, reflexología o quiropraxia. Pero, principalmente, ofrecen ayuda mediante métodos naturales, como respiración, masajes, movimiento y técnicas de relajación. Al mismo tiempo, entregan toda la información que existe sobre el nacimiento y guían a las parejas a elegir el tipo de parto que más les acomode. También es la encargada de velar por la decisión que tome la madre respecto a su tipo de alumbramiento, para así liberar de esta presión a los futuros padres. Sin embargo, no siempre es posible llevar a cabo el procedimiento que se desea, puesto que pueden existir complicaciones. Por ello, la decisión final siempre la tomará el equipo médico y no la doula.
Apoyo fundamental
En 2010 la Revista Médica de Chile publicó el índice de depresión post parto que sufren las chilenas. La cifra fluctúa entre un 8,8 y 20,5%, dependiendo del nivel de ayuda que reciba la madre luego de dar a luz. A la vez, se reveló que un 59,4% de las mujeres que deben criar solas a sus hijos, desarrollan este tipo de depresión.
Esta enfermedad también se produce por el estrés que puede provocar enfrentar la llegada del recién nacido al hogar. Aquí entra nuevamente el trabajo de la doula, quien cumple un papel primordial en esta situación, ya que no solo apoya a la madre para que se libere su estrés, sino que también funciona como una extensión de ella, al cooperar en las labores diarias de la casa. Esto puede ser desde cocinar, asistir a los otros niños u otorgar apoyo emocional y físico.
Su presencia baja la cuota de ansiedad y cansancio, lo que se asocia directamente con una mejor calidad de leche, ya que estos síntomas son las principales causas que afectan la lactancia. A la vez, educa a la madre sobre este proceso y la asiste para que, de acuerdo a su necesidad y personalidad, brinde una mejor técnica de amamantamiento. Finalmente, se dice que el precio de una doula vale su peso en oro, ya que su aporte puede ser fundamental para muchas mamás.