En Chile, la ley establece que todos niños deben ir sentados en sillas de seguridad mientras son trasladados en vehículos. Y si bien existe conciencia de la importancia de velar por la seguridad de los más pequeños del hogar, muchas veces no se siguen las instrucciones con respecto al uso e instalación de sillas o alzadores. Un error que puede tener graves consecuencias.
El último estudio realizado por Automóvil Club de Chile es revelador: el 40,9% de los conductores no utiliza la silla de seguridad para trasladas a menores de 4 años, especialmente si es en tramos cortos. Una grave alarma, puesto que durante el año 2012, fallecieron 55 niños de entre 0 y 8 años, en accidentes de autos, según información entregada por la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (CONASET).
A partir del año 2007, la ley exige que todos los menores de 4 años sean trasladados en sillas de seguridad, siempre en los asientos traseros del automóvil. Desde que nacen y hasta los diez kilos, las guaguas deben ir en las llamadas sillas “huevo”, las que se instalan siempre en el asiento trasero y en dirección contraria a la marcha del vehículo. Éstos son diseñados para que los bebés queden con una inclinación de 45 grados y así proteger su musculatura. Al momento de comprar hay que procurar que cuenten con un cinturón es de cinco puntas.
A partir de los 9 kilos y hasta los 20 kilos, las sillas son instaladas en dirección a la marcha del auto. Deben tener un cinturón de cinco puntas y son instaladas al asiento del auto con el cinturón de seguridad o con el conector Isofix, que es una base que permanece en el auto y facilita la instalación y desmonte de las sillas.
Para los pequeños que pesan sobre 20 kilos, se requiere el uso de alzadores, que tal como su nombre lo indica, los eleva para que puedan utilizar el cinturón de seguridad que trae el auto. Y esto, debe ser obligatorio hasta que los niños logren sentarse correctamente, es decir, apoyando toda la espalda en el respaldo, que sus pies toquen el suelo y que el cinturón pase por la mitad del hombro. Los niños hasta los nueve años, por ley, deben ir sentados en los asientos traseros del vehículo.
Panorama internacional
Sin embargo, en Estados Unidos y Europa, una nueva tendencia está cambiando el uso de las sillas convertibles: se está prolongando su utilización en niños de hasta 48 meses, ya que frente a un choque, se evitaría el efecto latigazo, que es una lesión cervical que se produce por el rápido movimiento hacia adelante del cuello y la cabeza.
Alberto Escobar, gerente de Asuntos Públicos de Automóvil Club de Chile y experto en seguridad vial, señala que “en Estados Unidos e Inglaterra existen antecedentes que mientras más tiempo un niño permanezca en una silla moisés (silla huevo o nido) resultan más seguros a la hora de verse involucrado en una colisión o desaceleración repentina”.
Y esto se ve reflejado, porque el diseño de la silla, al ser como un “capullo”, protege de mejor manera el cuerpo del niño al sufrir el impacto de la inercia. “Lo que hace de alguna manera es amortiguar y proteger el infante, evitando que el hiper estiramiento cervical se produzca por el efecto que ejerce la fuerza del impacto sobre las correas y cinturones”, indica Escobar.
Necesidad de educación vial
Pero para que los padres respeten el uso de las sillas de seguridad en el traslado de niños, es importante de que tomen conciencia de su importancia, especialmente, en las tres etapas de desarrollo de los menores: sillas nido, asiento y alzador. Muchos respetan las normas sólo cuando son bebés y ya más grandes les permiten incluso ir sentados en el asiento del copiloto.
La alta siniestralidad de tránsito podría deberse -según indica Alberto Escobar- a la falta de educación vial tanto de conductores como de peatones. “Algunos establecimientos educacionales han intentado introducir ramos o actividades que fomenten una conducta vial responsable y segura, pero éstas no son constantes ni perduran en el tiempo, por lo que su efectividad disminuye”, agrega el experto.
Y una recomendación, para que los elementos de retención entreguen una efectiva protección y seguridad a los niños, es que sean escogidas correctamente de acuerdo al peso y talla de los menores, así se cumplirá con el objetivo para el cual fueron diseñadas.