Actualmente nuestro país posee una población infantil cada vez más obesa, realidad que no solo repercute en el desarrollo físico y emocional de los menores, sino que también puede acarrear graves consecuencias para la vida adulta.
Es un hecho, Chile se ubica en el sexto lugar en obesidad infantil a nivel mundial, y en el primero dentro de Latinoamérica. Por su parte, el Mapa Nutricional 2016 elaborado por la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), indicó que al menos el 50% de los niños de entre 4 y 6 años presentan cierto grado de obesidad. Sin duda, son cifras alarmantes que invitan a tomar conciencia acerca de las causas y consecuencias de esta enfermedad que ha sido calificada por la Organización Mundial de la Salud como una verdadera epidemia.
Actualmente la obesidad afecta en el mundo a alrededor de 340 millones de niños, según datos de la Organización Mundial de la Salud, y por primera vez en la historia, ya hay más personas con sobrepeso que con hambre en nuestro planeta, según recientes cifras de Naciones Unidas.
Las causas del incremento de los niveles de obesidad infantil son diversas: el mayor sedentarismo propiciado por el acceso a las nuevas tecnologías y la ingesta de alimentos altamente calóricos, son algunos de los factores determinantes.
La obesidad en la infancia puede comprometer significativamente la salud de quienes la padecen. Además, junto con las patologías físicas, los menores también pueden desarrollar problemas sicológicos. Entre las consecuencias que puede provocar esta enfermedad en los niños, destacan:
– Mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas.
– Compromiso de huesos y articulaciones.
– Probabilidad de tener problemas de hipertensión, colesterol y enfermedades cardiovasculares.
– Dificultades para desarrollar algún deporte u otro ejercicio físico debido al cansancio y problemas para respirar.
– Alteraciones en el sueño.
– Baja autoestima.
– Altos niveles de ansiedad.
– Propensión a la depresión.
La clave está en prevenir
Una alimentación equilibrada y la práctica de actividad física son fundamentales para prevenir y revertir los altos índices de obesidad. En este sentido, el Ministerio de Salud en conjunto con el Instituto de Tecnología de los Alimentos (Inta) de la Universidad de Chile, recomiendan:
* Comer 4 veces al día: desayuno, almuerzo, once y cena.
* Consumir lácteos bajos en grasa a razón de 3 porciones al día, dado su alto contenido en calcio, fósforo y magnesio.
* Consumir 3 porciones de frutas y 2 de verduras diarias.
* Preferir carnes con bajo contenido graso, en lo posible, pescado.
* Consumir diariamente cereales, ojalá integrales.
* Disminuir o eliminar el consumo de azúcar refinada y los productos que la contienen, como las bebidas, jugos, golosinas y pastelerías.
* Aumentar el consumo de agua.
* Promover la actividad física diaria desde pequeños.
Amigos ocultos de la obesidad infantil
– Programación genética antes del nacimiento
– No desayunar
– Falta de sueño
– Exceso de proteínas
– Sedentarismo