¿Sarampión, rubéola, varicela o escarlatina? En esta nota te ayudamos a reconocer cada una de las pestes más comunes en la población infantil.
Las pestes son exantemas que corresponden a diversas enfermedades infecciosas que se manifiestan con manchas y/o lesiones en la piel, y se desarrollan principalmente en la edad pediátrica. Entre las más comunes se encuentran el sarampión, la varicela, rubéola y escarlatina.
Si bien es cierto que, gracias al programa nacional de inmunizaciones promovido por el Ministerio de Salud, las enfermedades como el sarampión han quedado prácticamente erradicadas, subsiste el riesgo de padecer otras afecciones más habituales como la varicela o peste cristal. De ahí entonces la necesidad de prestar atención a las señales de alerta que evidencian nuestros hijos. Los síntomas comunes a todas las pestes son: decaimiento general, fiebre, secreción excesiva de la mucosa nasal y erupciones en la piel. A continuación, te contamos cuál es la diferencia entre los diversos tipos de exantemas.
Sarampión: es producido por el virus sarampión. Se propaga por el contacto de secreciones o gotas provenientes de la nariz, boca o garganta de la persona infectada. El sarampión tiene un periodo de incubación de entre 8 a 15 días, se manifiesta usualmente con fiebre alta, congestión nasal, tos, intolerancia a la luz (fotofobia), dolor de garganta y muscular. Después de la de fiebre aparecen erupciones en la cara y el cuerpo, además de las manchas de Koplic, que son pequeñas marcas blancas ubicadas en las encías y parte interna de las mejillas.
Se trata de una enfermedad viral que ataca fuertemente al sistema inmunológico, facilitando la aparición de convulsiones, otitis y neumonía. Es necesario tener especial cuidado con los menores de un año, ya que en este rango etario la infección puede llegar a ser grave y complicarse con bronconeumonía. Sin embargo, gracias a la política de vacunación existente en nuestro país, los casos de sarampión son prácticamente nulos.
Rubéola: es provocada por el virus rubéola que se transmite por vía respiratoria. Su periodo de incubación es de 14 a 21 días. La sintomatología de la rubéola es similar a la del sarampión, pero más leve. Luego de la fiebre, aparecen pequeñas erupciones rosáceas en la cabeza, pies y tronco. También se inflaman los ganglios que están detrás del cuello.
Por regla general, la rubéola es de bajo riesgo para quienes lo padecen, pero es altamente contagiosa en niños expuestos a otros afectados por esta patología, sobre todo si asisten a jardines infantiles o colegios. Es necesario tener presente que esta infección es de riesgo para las mujeres embarazadas, ya que puede producir daños en el feto menor de 16 semanas.
Varicela o peste cristal: es causada por un virus llamado varicela Zoster. Se propaga principalmente al tocar o inhalar las partículas provenientes de las ampollas de la varicela, esta capacidad de contagio se produce a consecuencia del líquido contenido en las ampollas. La varicela tiene un periodo de incubación de 14 a 21 días. La peste cristal o varicela puede presentarse con o sin fiebre, y el inicio del brote puede ocurrir en cualquier lugar del cuerpo, generalmente en el tronco. El denominado prurito o picazón es un síntoma frecuente que acompaña a la varicela por eso, y para evitar que las lesiones se infecten, hay que mantener las uñas bien cortas.
Si bien es cierto que la varicela o peste cristal es muy contagiosa, en el 95% de los casos es una afección benigna.
Escarlatina: a diferencia de las enfermedades ya mencionadas, la escarlatina es originada por la bacteria Streptococcus Pyogenes. Prolifera por vía respiratoria y suele presentarse con fuerte dolor e inflamación de garganta. La escarlatina tiene un periodo de incubación de aproximadamente 6 días y sus síntomas son fiebre, cefalea, dolor muscular y de garganta, escalofríos, dolor abdominal y malestar general.
Esta peste se trata con antibióticos que eliminan al estreptococcus que se encuentra en la garganta.