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Porteo: más cerca de mamá

noviembre 1, 2021

La cercanía entre la madre y el recién nacido es fundamental durante sus primeros días de vida. Aquí es donde asume un rol preponderante esta forma de traslado, que más que una moda pasajera, es una directa ayuda para el crecimiento sano y seguro del pequeño.

Entregar amor, cuidados y alimento son los pilares esenciales durante las primeras semanas de un recién nacido, donde la madre se encuentra abocada 100% a él. Es por eso que la búsqueda de métodos que permitan estar cerca del niño en todo momento y ayudar en su desarrollo, es fundamental en esta primera etapa del nuevo miembro de la familia.

“Se considera que el apego es uno de los aspectos más importantes en el desarrollo de los menores, por ser una necesidad biológica como lo es comer o dormir, porque la calidad de cuidados y cariño que reciba el recién nacido por parte de sus padres y/o cuidadores influirá directamente en su comportamiento emocional y desarrollo sico-social en el futuro. Y porque además le otorga al pequeño la confianza y seguridad para explorar y enfrentar el mundo”, sostiene Pamela Lee, matrona de Clínica Vespucio.

Es bajo este aspecto que se origina el porteo  -práctica de llevar a la guagua sujeta al cuerpo- y que puede ser realizado por la madre o el cuidador del niño desde el primer día de vida y continuar con ello hasta que el pequeño exija su autonomía. “Es una herramienta fundamental, porque los menores hacen contacto piel con piel y desarrollan sus sentidos. A eso hay que adicionarle que la madre se siente más empoderada en su papel, hay un compartir más con el grupo familiar y una temprana estimulación del habla”, señala Tatiana Grajales, matrona de neonatología de Clínica Universidad de Los Andes, y agrega que “es fundamental a la hora de generar un vínculo donde el recién nacido fortalece su desarrollo neuro-sicomotor”.

UNA COSTUMBRE ANCESTRAL

Si bien puede ser considerado una moda, el porteo dista mucho de ese título, puesto que es una costumbre que en la Tierra se ha llevado a cabo por más de 2 millones de años, necesidad que surgió debido a la dificultad de combinar las tareas de criar y cuidar a los hijos con las de recolección y caza.

Es así como tribus de todo el mundo desarrollaron sus propios dispositivos tipo kapulana o fular para trasladar a los menores, alejándolos del peligro, costumbre que hoy vuelve bajo el nombre de porteo, y que según los expertos aporta gran cantidad de beneficios evidentes desde el primer día.

“Las investigaciones han demostrado que esta práctica es esencial para la evolución de la especie, pues promueve el desarrollo cerebral. El porteo siempre ha sido importante para los humanos que, como otras especies, presentan un desarrollo de tipo altricial, que significa que completan su desarrollo y crecimiento fuera del útero materno. Por lo mismo, sus genes son muy inmaduros y presentan poca autonomía, por lo que su supervivencia depende de que lo acarreen”, explica Hernán Villalón, pediatra y director de investigación y docencia de la Fundación Crece Sano.

¿Qué beneficios tiene para el recién nacido?

Menos llantos, ya que se sienten seguros, contenidos, cuidados y acompañados en cada momento.

La gran cantidad de estímulos que reciben los pequeños les aportan un mayor desarrollo social y emocional.

Suelen presentar menos cólicos y un mejor manejo del reflujo, puesto que el contacto físico con la madre o el padre, la posición vertical y los movimientos o masajes en el área abdominal ayudan a prevenirlos, regularlos y evita las regurgitaciones.

Les facilita el sueño. Duermen más horas durante el día y concilian mejor el sueño en la noche.

Si el recién nacido es prematuro, el porteo te ayudará a llevar a cabo el método ‘madre canguro’, en el cual los pequeños deben mantenerse siempre en posición vertical, fomentando el desarrollo de sus órganos y extremidades.

Favorece su sistema respiratorio, ya que se sincroniza con tu patrón hasta lograr el propio.

La temperatura del cuerpo de la madre compensa la del niño, logrando una sincronía térmica.

¿Por qué es bueno para los papás?

Pueden estar atentos a sus necesidades en todo momento, evitando así algunos peligros de los primeros días.

Al llorar menos, los papás estarán más relajados y tranquilos.

Es más ergonómico, dando a la persona encargada del niño un centro de gravedad, disminuyendo posibles dolores de columna y extremidades.

El contacto piel con piel permite la liberación de endorfinas, produciendo una sensación de bienestar en quien lo porte, proceso que sirve para prevenir la depresión postparto en la mamá.

Si se encuentra en la etapa de lactancia, el proceso de alimentarlo será más cómodo para la madre, porque el pequeño, al estar cerca de su pecho, tomará directamente y más veces.

El cuidador queda con las manos libres, lo que le permite hacer otras tareas en la casa sin tener que dejar a la guagua sola por mucho tiempo.

Tips para un buen porteo

1. El cuerpo del pequeño debe ir apretado al tuyo a la altura del pecho, no más arriba, ni más abajo.

2. Cuando porteas en posición vertical, el peso del niño debe caer sobre su parte trasera y nunca sobre sus genitales.

3. La barbilla del recién nacido no debe estar en contacto con su pecho. Si el mentón lo toca, este puede tener dificultades para respirar. Esto también hay que tenerlo en cuenta a la hora de tomarlo en brazos, si va en el coche y en la silla del auto.

4. El niño jamás debe ir mirando hacia adelante. Esto ayudará a evitar un exceso de estímulos y, al mismo tiempo, no perderá el contacto visual con la persona que lo está cuidando.

5. No debes cubrir la cabeza ni la cara del recién nacido.

6. En caso de que optes por un portabebés, este debe respetar la curvatura natural de la espalda de la guagua, las piernas deben estar abiertas y las rodillas por encima de la parte trasera, esto para favorecer el correcto desarrollo de las caderas.

7. El fular o kapulana escogido debe repartir el peso del pequeño sobre tus hombros, lumbares, torso y abdominales, de manera tal que apenas notes la carga.

8. La materialidad es importante, ya que estará en contacto con la piel infantil y la del cuidador. Se recomiendan tejidos transpirables y orgánicos como el algodón.