Suele pasar que llega la noche, la hora más esperada por todas las mamás para descansar y tener tiempo para uno, y cuando estás lista para empezar a disfrutar de tu descanso aparece uno de tus hijos y dice “tengo miedo”. Por mucho que busques monstruos en el closet o debajo de la cama y les muestres a tus hijos que ahí no hay nada ellos no se convencen. Los miedos no se limitan solo a la noche, hay algunos niños que tienen miedo a todo: a la piscina, a nadar, a las tormentas, a los terremotos, a las arañas, etcétera, etcétera.
Algunos miedos pueden ser más legítimos que otros pero todos son muy reales para tu hijo tengan dos años o doce.
Aquí les dejamos 3 tips que propone Amy McCready para hacer que nuestros hijos enfrenten sus miedos.
- Valida sus sentimientos pero no la ansiedad que les provoca. Los miedos de la infancia son muy normales y es importante ser respetuoso con los sentimientos de tu hijo. Buscar al monstruo debajo de la cama o “llamar” a preguntar si hay tiburones en la piscina solo será contraproducente si salimos del nivel de calma. Es importante evitar “jugar” con la ansiedad de los niños y decirles que todo está bien y que uno tiene la confianza de que ellos pueden superar el temor.
- Conquistar el miedo. Nuestros hijos pueden ganarle a sus miedos si es que cuentan con nuestra guía. Primero es importante calmar el momento, preguntarle por sus ideas para superar el temor (decirle por ejemplo que uno ha notado que tiene miedo a los perros y qué ideas se le ocurren para lidiar con eso). Hay que comenzar trabajando con las ideas de nuestros hijos y poco a poco ir agregando técnicas que logren que nuestros hijos finalmente enfrenten sus miedos y los superen. Tengan presente que si nuestros hijos tuvieron alguna experiencia que creó este miedo en el pasado el trabajo será más lento pero de todas formas.
- No les cuentes historias de terror. Por mucho que a ti o a tus hijos mayores les gusten las historias tenebrosas esto puede hacer que tus hijos pequeños no puedan dormirse en las noches. Por mucho que tus hijos digan que pueden manejarlo a veces su imaginación les juega una mala pasada cuando se apagan las luces. Preocúpate de saber qué están leyendo y viendo tus hijos (incluidos los dibujos animados) hasta que sean capaces de diferenciar bien la realidad de la ficción. Pon límites y cuando creas que tu hijo ya está listo para superarlo sube muy lentamente el nivel conversando siempre sobre lo que es real de lo que no.
- Comunicación abierta y empática: Establece un ambiente en el que tus hijos se sientan cómodos expresando sus miedos. Hazles saber que estás allí para escucharlos sin juzgarlos. Puedes iniciar conversaciones preguntándoles cómo se sienten y qué les preocupa.
- Validación de sus sentimientos: Es crucial que tus hijos sepan que está bien sentir miedo. Valida sus emociones diciéndoles cosas como «Entiendo por qué te sientes así» o «Es normal tener miedo a veces».
- Enseñanza de técnicas de relajación: Enséñales a tus hijos técnicas simples de relajación que puedan ayudarles a calmarse cuando se sientan ansiosos o asustados. Esto puede incluir la respiración profunda, la relajación muscular progresiva o la visualización de un lugar seguro.
- Modelado de comportamiento: Como modelo a seguir, tus acciones tienen un gran impacto en tus hijos. Trata de manejar tus propios miedos de manera calmada y racional delante de ellos. Esto les enseñará cómo enfrentar el miedo de manera efectiva.
- Exposición gradual y controlada: Ayuda a tus hijos a enfrentar sus miedos de manera gradual y controlada. Por ejemplo, si tienen miedo a los perros, podrías comenzar mostrándoles imágenes de perros, luego visitando un parque donde puedan ver perros desde lejos, y finalmente permitiéndoles interactuar con un perro amigable bajo tu supervisión.
- Reconocimiento y celebración del coraje: Reconoce y celebra los esfuerzos de tus hijos cuando enfrenten sus miedos, incluso si solo dan un pequeño paso adelante. Esto les ayudará a sentirse orgullosos de sí mismos y les motivará a seguir enfrentando sus temores.
- Proporcionar seguridad y apoyo constante: Asegúrate de que tus hijos sepan que siempre pueden acudir a ti en busca de apoyo y protección cuando se sientan asustados o inseguros. Tu presencia tranquilizadora puede marcar una gran diferencia para ellos.
- Evitar reforzar los miedos: Aunque es importante validar los sentimientos de tus hijos, trata de no reforzar sus miedos excesivamente. En lugar de eso, enfócate en ofrecerles apoyo y aliento para superarlos.
- Fomentar la autonomía y la autoeficacia: Ayuda a tus hijos a desarrollar habilidades para afrontar sus miedos por sí mismos. Esto les dará confianza en su capacidad para superar desafíos en el futuro.
- Buscar ayuda profesional si es necesario: Si los miedos de tus hijos son intensos, persistentes o interfieren significativamente en su vida diaria, considera buscar la ayuda de un terapeuta infantil o consejero escolar. Estos profesionales pueden ofrecer estrategias adicionales y apoyo especializado.
Los miedos son normales pero tu hijo no tiene por qué vivir con ellos. Ayúdalos a espantarlos y así todos dormirán mejor.